Dos Santos por encargo
Cuando en 1958 fue elegido Papa el cardenal Roncalli el cónclave apenas contaba con medio centenar de cardenales, la mayoría ancianos, y un poco asustados. Tras el largo y difícil pontificado de Pío XII, en un mundo extremadamente cambiante, pensaron en un nuevo Papa también mayor –«de transición», se dijeron–, pero sobre todo santo. En este caso, ya «santo en vida». Tal vez, cuando luego a alguno de ellos se sobresaltó por la convocatoria del Concilio, caería en la cuenta que los santos siempre son sorprendentes. Vamos, que son un peligro.
Y cuando el 1978 fue elegido Papa el cardenal Wojtyla, tras un cortísimo pontificado de Juan Pablo I pero un también largo y difícil pontificado de Pablo VI, un colegio cardenalicio muy diferente pensó que la santidad ahora había que buscarla en la «Iglesia del sufrimiento».… Seguir leyendo »