Manuel Milián Mestre

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Un reflexión para Cataluña

Si el PP se inició en Cataluña y se expandió por toda España, ¿qué sentido tiene que sea el PPC el más «colonizado» desde Madrid? Jamás he entendido la respuesta, ni menos aún ese afán maligno de imponer o dictaminar sus más trascendentes decisiones. ¿Qué sentido tiene reiterar sistemáticamente idéntico error desde los tiempos de José María Aznar? El año 2000 marcó el límite no ya de su soberanía, sino de su autonomía de decisión. Por esa razón me di de baja del partido que yo había fundado con Manuel Fraga y el banquero José María Santacreu.

La historia empezó el 9 de enero de 1970 en un reservado del restaurante Jockey de Madrid, donde a propuesta del empresario Santacreu, Fraga aceptó la idea con el aval del notario Alberto Ballarín.…  Seguir leyendo »

La España residual y desconcertada del 2011, a las puertas de unas elecciones generales, es un vaivén sin otro rumbo que las nieblas, donde ya ni las ideas están presentes en la trama de su telar político. El tejedor Zapatero ha equivocado los hilos, la trama y el colorido. El resultado final es ese caos impreciso de colores entremezclados, esa confusa policromía del desconcierto, como si la orquesta huyera de la batuta del director enloquecido. Hoy España como país es una paradoja en sí mismo. Gobiernan los peores y emigran los mejores, los costosamente educados en nuestras universidades, que hablan inglés (quizá por eso no son gobernantes), pero que la sociedad no atiende a sus talentos.…  Seguir leyendo »

La política es el arte de administrar el bien común y los recursos públicos armonizando los intereses colectivos con una escrupulosa conciencia social. Si no se da la justicia distributiva, se da solo la injusticia. Lo que hoy percibe el ciudadano es la injusta distribución de los recursos fiscales, el deterioro de la clase política, la corrupción generalizada en las administraciones públicas, el agobio de los impuestos en unas economías familiares muy dañadas, la ausencia de moral pública agravada por el cinismo del fin justifica los medios, que a veces se retuerce en otro principio diabólico: Los medios imponen el fin.…  Seguir leyendo »

Dice la Biblia que el número de los necios es infinito. Habría que añadir que ahora mucho más que en los tiempos del Antiguo Testamento, donde las gentes quedaron impactadas por el diluvio universal, la destrucción de Nínive, o de Sodoma y Gomorra. Dios dijo al que imploraba «Buscadme un hombre justo», y el salvador de la ciudad no dio ni siquiera con uno. Hoy los poderosos son genuinos pendencieros, ambiciosos sin límite, globalizadores sin remedio, amasadores de fortunas ingentes, capitalistas de una barbarie sin fronteras... Los urbanitas de las metrópolis son víctimas de una supuesta ley para todos y de una codicia de cada cual medida en los límites del consumismo desaforado y del hedonismo desmadrado.…  Seguir leyendo »

El problema no es el de quienes demandan soberanía, escapatoria del desacuerdo, sino de quienes no son capaces de concordar el acuerdo. Esta es la cuestión. En las sociedades humanas abundan los disensos y las coexistencias, nos soportamos en la discrepancia. El problema lo constituye el marco de la discrepancia, los residuos de la intolerancia; es decir, el modelo social o político. He ahí por qué algunos no aceptan la evidencia de que se es más separador que separatista. Insultan al otro cuando invocan la unidad del mercado (¿en tiempos de la globalización?) o niegan la singularidad de las identidades: un catalán se parece a un andaluz como un huevo a una castaña.…  Seguir leyendo »

El secreto no es garantía de verdad, aunque a veces parezca verosímil. Los secretos tienen casi siempre una componente sustancial que se trata de encubrir para que no alcance uso o conocimiento público. La verdad exige identidad irreversible: es lo que es, aunque a veces no lo parezca. Cuando en las alturas del Estado se echa mano de un pretexto desviatorio de una verdad reservada o secreta, la respuesta diplomática más habitual es: «No parece verosímil».

Mi reflexión viene a cuento de Wikileaks y el escándalo que aqueja al Departamento de Estado de Estados Unidos. Se rompió la vaina, y ahí están todos, o muchos, de sus secretos ¿Cómo se ha podido llegar a tal fuga de información confidencial?…  Seguir leyendo »

A veces me pregunto qué habrá detrás de Zapatero, y no quiero aventurar una respuesta. Prefiero el misterio insondable de la duda, pues no es propio de un ser razonable persistir en su posición en medio del fracaso casi absoluto de su política y de su proyecto. ¿En verdad es el autor del proyecto político que le ha llevado a implantar tanta desazón y rencores, tal paranoia de fantasmas del pasado, del peor ayer de este país? Me resisto a creer que todo ello sea fruto de la mente del que era mi amigo y buen muchacho de León. Había en él un fundamento de esperanza, una superación del pasado fratricida de España.…  Seguir leyendo »

Fue Horacio en su Epístola a los Pisones, quien acuñó para la posteridad aquella metáfora inmortal: «Parturient montes nascetur ridiculus mus» («los montes parieron y nació un ridículo ratón»). Genial, tan genial como esa sesión fotográfica del 5 de mayo en la Moncloa con un presidente del Gobierno en la estratosfera y un jefe de la oposición empeñado en corroborar las encuestas: ni uno ni otro aprobados. ¿Cabe mayor despropósito en momentos de angustia general, de desconcierto sin parangón en la política, con un asedio internacional sobre la evanescente realidad de nuestra economía? ¿Cuándo los partidos se plantearán el alumbramiento de algo parecido a un líder?…  Seguir leyendo »

Artur Mas, vencedor consecutivo de las elecciones catalanas desde que Jordi Pujol cedió el testigo, no ha visto el poder desde hace ocho años. Los tripartitos son un fracaso, como lo han sido en Baleares los pentapartitos engendrados por el PSOE. Nadie duda de su legitimidad, pero han sido un fiasco, cuando no una sarta de corrupciones por obra y gracia de Unió Mallorquina, cuya presidenta, Maria Antònia Munar, abusó sistemáticamente de un dudoso privilegio, a derecha e izquierda, que la facultaba a decantar el poder hacia unos u otros sin excesivos escrúpulos. Finalmente, la justicia ha puesto las cosas en su sitio.…  Seguir leyendo »

Tal vez haya que regresar a Dios para implorar serenidad ante la situación presente, fortaleza ante los cambios necesarios, resignación ante la evidencia de la distancia entre el deseo y sus resultados. En este solar ibérico donde abundan los incrédulos, laicistas y agnósticos, con cita del Deuteronomio bíblico o sin ella, en la pauta del desayuno presidencial de la plegaria en Washington, me parece recomendable ese retorno a las viejas usanzas, recabando la serenidad que a todos nos falta. Hay un eclipse de sensatez, en un abuso de la incompetencia de quienes dicen gobernarnos, de modo que incluso el sentido común puede adquirir dimensión revolucionaria.…  Seguir leyendo »

No es Vic el problema, sino lo que el Ayuntamiento de Vic plantea razonablemente. En esencia, estamos ante dos problemas: la ley de extranjería siempre ambigua, imprecisa en su aplicación e ignorada sistemáticamente desde la demagogia izquierdista del papeles para todos; y, segundo, el fenómeno migratorio como tal. Ni España, ni la UE afrontaron a su debido tiempo las consecuencias de la avalancha que desde África, Asia y América se ha precipitado sobre el Occidente europeo. La causa es la pobreza generalizada, cuando no la miseria prodigada por una brutal globalización de la economía, trazada desde el Club de Bildelberg, los despiadados agentes de Wall Street y esa caterva de intereses egoístas que satura las mentes del timón financiero mundial.…  Seguir leyendo »

En mi generación, tener conciencia de clase era algo fundamental. En mis años de la HOAC así me lo prescribieron algunos compañeros, que me consideraban burgués por pertenecer a una familia de clase media. Aquella presión en los años 1959 a 1964, en pleno franquismo, me creó un cierto complejo de necesidad: debería adoptar una conciencia de clase casi proletaria que, aun siendo cristiano comprometido en la Tortosa de mi juventud, percibía que no se correspondía con mi condición de hijo de ganaderos y comerciantes.

Hoy, sin embargo, sí me queda un rescoldo de político durante tantos años y de compromiso con las ideas y valores en los que me educaron.…  Seguir leyendo »

En 1974, un grupo de amigos, de plural procedencia política y condición, creó editorial Dirosa como instrumento de debate político para configurar una corriente de pensamiento abierto que fomentase la concordia entre catalanes y el vínculo concordado con aquella España a punto de salir del franquismo moribundo. Uno de los primeros hitos fue la publicación del libro Barcelona, ¿adónde vas?, una denuncia de la corrupción municipal y de la especulación urbanística en la Barcelona de José María de Porcioles, su alcalde eterno, que firmarían los socialistas pallaquistas Francesc Martí Jusmet y Eduardo Moreno Ibáñez. Aquella fue una larga batalla político-editorial, con coacciones intensas desde el Gobierno de Carlos Arias Navarro.…  Seguir leyendo »

Desde que los romanos descubrieron el arco y, dando la vuelta sobre su eje, proyectaron la bóveda, el punto fundamental de esta estructura arquitectónica es la clave: la piedra que engarza los dos montantes, el epicentro de las fuerzas que distribuye. La clave es, pues, la clave. Sin ella se derrumbarían por su propio peso bóvedas y arquerías.

En política sucede otro tanto. La arquitectura de la transición, y de nuestra democracia, mantiene su vigor a partir de la consensuación de la Corona. No es que España sea un país especialmente monárquico, pero la Constitución de 1978 no hubiera sido posible, ni su estabilidad a lo largo de tres décadas, sin ese descubrimiento que republicanos como Tarradellas o Santiago Carrillo supieron aceptar bajo la advocación de Juan Carlos I.…  Seguir leyendo »