El final de la vida y el Constitucional francés
El dominio de la vida pertenece a la persona. Su dignidad y libertad son el sustento constitucional para su autodeterminación personal. Su protección tampoco puede resultar indiferente al Estado democrático que, preceptivamente, también queda concernido por su tutela. Invocando precisamente su libertad, la persona puede acogerse a los valores y derechos más diversos, como la libertad, las convicciones morales e ideológicas, religiosas o éticas, etcétera, para justificar el respeto en cualquier circunstancia de este derecho humano por excelencia. Ahora bien, el fundamento de la posición del Estado frente al derecho a la vida es relativamente distinto. Queda delimitado a un ámbito más restringido.… Seguir leyendo »