La ligereza del Supremo ante las víctimas de trata
Angelina tenía 21 años y era madre soltera de un bebé de cuatro meses, nacido prematuro. Vivía en un barracón de zinc, en los arrabales de Lima, en una situación de necesidad que la llevó a insertar anuncios pidiendo trabajo de forma urgente. A través de estos, fue captada por una organización criminal, que, aprovechando su extrema vulnerabilidad, le ofreció 4.000 euros por transportar droga. A partir de ahí, fue sometida a un férreo control personal, siendo trasladada a un establecimiento donde prepararon su cuerpo para la ingesta y, en presencia de sus captores, hubo de tragar 25 condones que contenían cocaína líquida.… Seguir leyendo »