El efectivo no es el problema
La sociedad digital, el frenético ritmo al que se vive en algunas ciudades, la comodidad, los meses de aislamiento del confinamiento vivido en 2020… y un largo etcétera han impulsado la generalización de los pagos electrónicos, poniendo en sordina los perjuicios de una posible desaparición del cash.
Si no fuera posible pagar en efectivo, es probable que los ciudadanos controláramos peor nuestros gastos. Si sólo se pudieran hacer compras de manera digital, la privacidad de nuestros hábitos de consumo desaparecería y los consumidores podrían ver monitorizadas todas sus preferencias, sin ser consultados.
Por otro lado, es obvio que, aunque no se pudiera pagar en efectivo, el fraude y el delito fiscal existirían.… Seguir leyendo »