Mario Garcés Sanagustín

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Santos Cerdán con Carles Puigdemont en Bruselas. E.E.

Cuando Santos Cerdán remejió su cuerpo en el diván de la capitulación en Bruselas, probablemente no se le pasó nada por la cabeza, más allá de la fe ciega de obediencia que profesan los serviles. Aquel hombre que nació en el pueblo navarro de Milagro, a las orillas del río Aragón, se había convertido a los ojos de todo el mundo en un fiel visitador, la culminación existencial de un estudiante de formación profesional que un día descubrió la holganza de dedicarse a la política, entendida esta como el arte de la sumisión personal en compensación de su supervivencia vitalicia.

Ignoro si Santos Cerdán es hombre de grandes o pequeñas lecturas, pero dudo que haya leído Pantaleón y las visitadoras de Vargas Llosa, cuando el personaje principal repele una pregunta con la siguiente frase: "Esto lo organicé por orden superior, como negocio no me interesa.…  Seguir leyendo »

Pasa El amante bilingüe de Juan Marsé por ser una de las principales obras del autor catalán, una síntesis perfecta y desquiciada del realismo sarcástico y esperpéntico, deformante y abrasador de la crisis de identidad a la que puede llegar un personaje de la Cataluña posterior al colosalismo de los 80. La escisión esquizoide y la ambivalencia del personaje principal de la novela dominan un entramado narrativo que, por desgracia, se ha abierto paso a través de los pasillos del Congreso de los Diputados.

El protagonista de la obra, un miserable con doble personalidad, se debate entre el plurilingüismo por necesidad y el charneguismo por origen.…  Seguir leyendo »

Glosando a Mario Vargas Llosa en Conversación en la catedral, procede hacerse la pregunta de en qué momento se ha jodido España. Y no por el badulaque de Rubiales, emulando a Javier Bardem en Huevos de Oro, sino porque nuestro país se ha sumido, a pesar del letárgico verano, en la más profunda inestabilidad política.

Cierto es que no conviene ni psicológica ni sociológicamente entrar en un estado decadente de frustración. Pero tampoco cabe observar lo que está ocurriendo con indolencia gregaria o con resignación acrítica.

Entre las enfermedades que aquejan a la política convertida en juego de poder para profesionales, la más grave es la negatividad externa que lleva a ignorar las realidades más obvias.…  Seguir leyendo »

La victimización y la identificación de un enemigo imaginario son las dos herramientas sociológicas que acostumbra a emplear el nacionalismo periférico español para legitimar una eventual situación de agravio comparativo. Del “España nos roba” al “Madrid nos roba” sólo ha transcurrido una década.

Hay un elemento compartido en ambos casos para el ideario nacionalista catalán: los Gobiernos estatal y autonómico corresponden al Partido Popular. De ahí surge la primera paradoja, y es que, habida cuenta de que no ha existido cambio del modelo de financiación autonómica en este periodo, solo se entiende el desplazamiento de la imputación de culpa política por razones de contingencia, esto es, que el PSOE como aliado de Gobierno ya no puede tener la condición de responsable.…  Seguir leyendo »

Hubo un tiempo en que la mentira era un estigma moral y su expresión política una razón motivada para la extinción de cualquier poder político mendaz. Con Sánchez, el concepto de verdad se ha maleado hasta convertirse en una noción elástica y mutante. La verdad objetiva ha dado paso a la verdad oficial en un entorno en el que los ciudadanos están adiestrados para transfigurarse en sus ideas de manera instantánea, porque lo único comprensible y aceptable es lo que el poder político dice “qué sucede” y no “lo que realmente sucede”.

Por esa simple razón, la mentira no se estigmatiza y Sánchez encadena en los dos últimos años embustes e incoherencias, como quien llena una cesta de setas en este otoño de larga pandemia.…  Seguir leyendo »

A diferencia de la crisis anterior, el populismo emocional no acampa en plazas ni difunde manifiestos libertarios en las redes sociales contra el establishment político. Aquel 15-M, que respondía legítimamente a la fragilidad de las costuras de un sistema que mostraba síntomas inequívocos de fatiga estructural, ya no está. Ni va a estar.

Las élites adocenadas y percibidas en el imaginario populista como nichos de plutócratas con agenda oculta han sido sustituidas por otras élites conformistas e ineficaces, a las que sólo el gregarismo malsano puede justificar tras observar su evolución. Antes acampaban en la Puerta del Sol. Ahora campan en sus despachos oficiales mientras una buena parte de la sociedad deja pasar sus lunes al sol y con mascarilla.…  Seguir leyendo »

Estoy convencido que más de la mitad de los nuevos pensantes que opinan sobre el papel de Martín Villa en la Transición y en los hechos por los que se le juzga en Argentina, no tenían ni idea de quién era hasta hace medio telediario. Pero la neomelancolía que se ha apropiado compulsivamente de una parte significativa de la izquierda sociológica de este país, ha impedido que se haga un juicio racional sobre el papel de Martín Villa en aquellos críticos días de nuestra historia reciente. La izquierda ha aprovechado el proceso para convertir en causa general todo el periodo de la transición democrática, como una suerte de desquite tardío de quienes se sumaron al cambio de régimen con indolencia y aprensión.…  Seguir leyendo »

Hay toda una generación de españoles nacidos tras la Constitución de 1978 que han iniciado un proceso radical de impugnación del pasado democrático de España. Entre el adanismo mórbido de los prepotentes y cierta necrolatría auspiciada por la izquierda de este país, conciben España como un Estado sin nación y sin patria, pero plagada de patriotas de ocasión. Y lo hacen bajo el principio conmovedor de que la Transición española fue un gran fraude, una mascarada tecnocrática en la que los detentadores del poder franquista asaltaron los quicios de la democracia representativa para perpetuar su dominio, ahora enmascarado en élites empresariales o burocráticas.…  Seguir leyendo »

No entré en la provocación porque tengo prevocación de estar allí donde legítimamente me corresponde. Cuando Pablo Iglesias respondía a mis preguntas, y ensartaba piezas inconexas de la historia de España para demonizar la figura de Manuel Fraga, sentí vértigo al comprobar definitivamente que un vicepresidente del Gobierno había excavado en la tumba de su recuerdo. El suyo propio.

El recuerdo basado en el imaginario de parte para exhumar impíamente toda la violencia de las dos Españas eternamente enfrentadas. Y lo hizo invitando a "cerrar la puerta", cuando el año en el que nació Pablo Iglesias habíamos decidido dejarlas abiertas a través de un pacto primario que superaba la dialéctica vencedores/vencidos para reponer a nuestro país en la corriente histórica que nos debía corresponder.…  Seguir leyendo »

Era lunes. Un día antes de que anunciase su despedida de la política. Nos sentamos a solas en la Sala Sagasta del Congreso de los Diputados y, como si fuera su último testimonio político, hablamos de igualdad y de libertad. Porque cualquiera de los dos compartiríamos la frase del "viejo pastor", Práxedes Mateo Sagasta, "yo siempre caigo del lado de la libertad".

No me anunció su salida, no exteriorizó sus posibles dudas, y así demostró que la lealtad y la integridad existen hasta el último instante de la despedida cuando se actúa con honestidad. Mi intuición me llevó a pensar que la decisión se precipitaría en cualquier momento, más por instinto observador que por prueba oral.…  Seguir leyendo »

En el terreno de las equivalencias gramaticales, nacionalidad es a nacionalización lo mismo que normalidad es a normalización. Del mismo modo que sociedad es a socialismo lo mismo que pueblo a populismo.

La aleación del socialismo de resistencia con el populismo de persistencia en un momento de crisis profunda ha permitido que lo normal se sustituya por un discurso radical en el que no cabe la disidencia. El \"No hay Plan B\" de Sánchez es una versión moderna y paupérrima de esa radicalidad muy próxima al paroxismo de \"El Estado soy yo\", una visión autocrática del poder a caballo entre el cesarismo y el mesianismo.…  Seguir leyendo »

Mientras el liberalismo en las últimas décadas mostraba síntomas inequívocos de fatiga, el populismo de izquierdas en España avanzaba a lomos de una bestia inquietante que siempre gana y que es el miedo. El miedo es una trituradora de la razón y un asombroso vector para la expansión del cesarismo. Y no faltaron césares de vanguardia en una sociedad hastiada y perturbada por la crisis de seguridad (2000) y por la crisis económica (2007). El populismo en España, como en el resto del mundo, se configura sobre referentes extraordinariamente simples e intelectualmente pírricos, pero con una capacidad sensible para la movilización de la emoción y del sentimentalismo.…  Seguir leyendo »

La política es un ejercicio de rebeldía o no es. Y es una forma de desacato contra el yugo del determinismo o la tramontana del azar. La política es fuerza de voluntad basada en las convicciones y en las previsiones. Y no cabe aceptar, como mendazmente nos quiere hacer creer el Gobierno de Sánchez, que la política es el arte de la búsqueda de la excusa y la narrativa de lo inexorable. En ese marco intelectual, lógico es que se busquen pretextos imposibles para atenuar la responsabilidad, mediante la fabricación de un escudo, grosero término de la nueva política de la palabra huera.…  Seguir leyendo »

Había dos grandes riesgos asociados a la gestión de una crisis por un Gobierno inestable y con un sentimiento irreflexivamente antiliberal: por un lado, la incapacidad de dar respuesta unificada y eficaz a una calamidad pública sin precedentes y, en segundo lugar, y derivada derechamente de su propia incompetencia, aprovechar la crisis como una oportunidad para alterar el modelo económico y social, yugulando la razón e imponiendo la voluntad populista. Lo que inicialmente era una amenaza velada se ha ido transformando progresivamente en una verdad luminosa. Ante los efectos devastadores de la pandemia, un Gobierno superado por la adversidad y rehén de su inconsistencia, inicia una huida hacia delante basada en la estigmatización del pasado y en la búsqueda de la derecha como enemigo histórico.…  Seguir leyendo »

"La prueba del progresivo deterioro del estado del espíritu general la dio el propio Gobierno, alterando dos veces, en media docena de días, su estrategia". Apenas tenía Pedro Sánchez veintitrés años cuando Saramago escribió Ensayo sobre la ceguera, una distopía alienante sobre la condición humana y el efecto que produce en la sociedad la enfermedad y el contagio.

Ignoro si en aquella época el actual presidente era lector del escritor portugués, en momentos en que el socialista cultivaba el culto enardecido al mito/timo del último Felipe González. Cierto es que en un mundo en que no existían Juego de Tronos ni las malditas series de televisión que han convertido la política en un carrusel de arribistas y de necios más infecciosos que cualquier virus de Wuham, Saramago, como Nostradamus en versión saudade, nos anticipó lo que iba a ocurrir.…  Seguir leyendo »

Entre los ritos iniciáticos de la conversión, hay algunas acciones tribales en todos los grupos humanos que simbolizan el paso del catecúmeno a miembro de pleno derecho de la comunidad. Pablo Iglesias es un ejemplo perfecto de apostasía y de conversión pseudoreligiosa.

En apenas tres semanas, aplaudió a la monarquía, aprobó una ley que reconocía beneficios fiscales a los donantes como Amancio Ortega, se reunió en una finca comprada por Franco y votó también a favor de la posibilidad de fraccionar contratos públicos con la ataraxia de un político estoico.

Pero lo más alarmante que ha ocurrido desde el punto de vista del conductismo humano del vicepresidente, y que denota una mutación irreversible en su espíritu, es el día en el que a una pregunta de la oposición sobre el desarrollo de sus políticas públicas, contestó sin ningún pudor que iba a constituir una Comisión Delegada.…  Seguir leyendo »

Querido amigo, llevo tiempo queriendo escribirte pero hasta ahora no he podido hacerlo. Después de pensarlo mucho quiero que sepas que voy a ser independentista. Ya sabes que la diferencia entre independiente e independentista es la misma que existe entre activo y activista. Yo, independentista dependiente.

El otro día leí la Ley de Dependencia para ver si había alguna ayuda para los hijos que no pretendemos abandonar el domicilio, pero comprobé que no está pensada para nosotros. Otra razón más para hacerme independentista y aprobar mis propias leyes.

Para ser independentista, lo primero que hay que hacer es definir aquello de lo que nos queremos independizar.…  Seguir leyendo »

El nominalismo avanza con pretensiones devastadoras al mismo ritmo que lo está haciendo el nacionalismo en España. Y no es un mero juego retórico sino un proceso de destrucción de las ideas cimentado en la vacuidad y en la transformación del sentido último de las palabras. Pero es que también el socialismo constituyente de 1978, armado de posibilismo y de inteligencia funcional, ha dado paso a un socialismo nominal de verbo distendido y polisémico, desprovisto de cultura en el sentido más amplio del término, y ahogado en un griterío insubstancial informe y cobarde.

La adulteración de las palabras, el uso casi infantil de los términos "diálogo" y "consenso" alejan al nuevo socialismo de la corriente de la modernidad para alojarlo en el rincón de la vacuidad y de la banalidad.…  Seguir leyendo »

No conozco a nadie a quien el debate frustrado de investidura le haya resultado indiferente. Del mismo modo que cuesta hallar a alguien en este país que no esté sumido en la pesadumbre y en el hartazgo. Porque, de un tiempo a esta parte, la irracionalidad ha yugulado a la razón, lo previsible ha sucumbido frente a lo improbable, y el sentido colectivo de la política ha cedido al impulso adanista de algunos promotores individualistas de juegos de tronos.

Procedo de una generación de trenes, de gestas, de cuentas y de actas. Otros, en cambio, han nacido en el pesebre de los tronos de ultima generación, de gestos, de cuentos y de actos.…  Seguir leyendo »

En 1959 publica Mario Benedetti su libro Montevideanos y, entre espacios de ficción y realidad, a la costumbre del escritor, hay un relato titulado El presupuesto, una narración que ofrece una visión, universal por común, de la insignificancia de la vida sin que se apruebe el presupuesto de un país por incompetencia de su propio Gobierno. España misma.

Ante la pasividad, cabe la rebelión organizada o el estoicismo. Y vence en la obra la sumisión. No hay un "I would prefer" como en Melville, sino una resignación antropológica de Mar de Plata y tarde en el Cerro de Montevideo.…  Seguir leyendo »