Las olimpiadas de la incertidumbre
“Brasil no es para principiantes”, solía decir el compositor Antônio Carlos Jobim. Las Olimpiadas de Río mucho menos, a pesar de que los videntes vaticinen resultados categóricos —sombríos o luminosos— para los juegos olímpicos, antes incluso de la primera medalla.
Brasil ya había experimentado esa epidemia de profetas en los años previos al Mundial de Fútbol de 2014. No faltaba quien previera desmoralizadores problemas organizativos. Luego, a pesar de las numerosas complicaciones, se comprobó que la estructura de la competencia había sido mejor que la de los mundiales de Estados Unidos (1994) y de Japón (2002). Su nivel igualó a los de Francia (1998) y de Corea del Sur (2002, anfitriona en colaboración con los japoneses).… Seguir leyendo »