
Tus hijos pueden manejar las ideas peligrosas
Hace poco, a la mitad de la cena de un jueves reciente, mi hija de 13 años, Sasha, nos hizo una pregunta a mi esposa y a mí: ¿puedo faltar a la escuela mañana?
Esto me pareció bastante comprensible. Los estudiantes de secundaria en la ciudad de Nueva York —y en otras partes también— han tenido un par de años complicados, pues quedaron atrapados entre la pandemia, la velocidad con la que cambiaron sus cuerpos y emociones, y las ambiciones y expectativas inalterables de sus padres. A medida que el octavo grado se acerca poco a poco a su final, Sasha ha manejado bien esas presiones.… Seguir leyendo »