A quien me juzga mientras jugueteo con el móvil
QUERIDO JOËL DICKER:
No te conozco personalmente, pero permíteme que responda a la carta abierta que has escrito a todos aquellos con los que te cruzas por la vida y que te incomodan por el mero hecho de llevar en la mano un teléfono inteligente y no un libro bajo el brazo. Supongo que, preferiblemente, uno tuyo.
Me cuesta mucho criticarte porque en el texto queda claro que amas la lectura e intentas transmitir ese amor. Es una querencia poderosa y mágica que une a todos los que la compartimos en una hermandad invisible. Quiero que mis hijos sean lectores, como lo somos sus padres, y en mi casa intentamos transmitirles esa pasión día a día.… Seguir leyendo »