Miguel Herrero de Jáuregui

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de octubre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

El visitante que hoy sube hacia la Acrópolis de Atenas encuentra, junto a los majestuosos propíleos, una inscripción reciente que rememora las palabras que Pedro IV de Aragón dictaba el 11 de septiembre de 1380: «La más preciada joya que haya en el mundo, tal que apenas entre todos los reyes cristianos podrían construir otro igual». El rey de Aragón era entonces también Duque de Atenas y Neopatria (títulos hoy del Rey de España), y ordenó a su tesorero que pagara el salario de los doce soldados que enviaba para proteger la Acrópolis: «Deben ser ballesteros, hombres de bien, que estén bien armados y aparejados».…  Seguir leyendo »

De la seriedad, virtud

En conmemoraciones como la de hoy, mucho nos lamentamos en España de la superioridad de los dirigentes y la sociedad de hace medio siglo respecto a los actuales. No cabe suponer decadencia genética, pero cualquiera se da cuenta de que esta sensación no es mera nostalgia que idealiza el pasado. Una diferencia palmaria es que aquellos tomaban la vida pública en serio y no como una especie de videojuego adrenalínico. Pero ya hace años que demasiados políticos y opinadores confundieron vida pública con series de televisión, estrategias con guiones, votantes con audiencias, y arrastraron todo a la vorágine de tensión constante, con la tranquilidad de quien actúa en un escenario de ficción.…  Seguir leyendo »

Hablemos de política española como gusta hoy, con profusión de rimas y de nombres propios. Transformada en campaña permanente, la política ha abandonado la prosa y las matemáticas para volcarse en la poesía. Cantemos, pues, según la ley de la selva. Pero sean selvas dignas de un concejal. Mucho se aclararían los pactos que todos evocan y nadie sabe cómo abordar si nos diéramos cuenta de que en España coexisten garcilasos y castillejos. Los adjetivos rotundos enardecen a los propios y sonrojan al rival, pero luego no los podemos retirar sin traicionarnos. Probemos ahora estos dos, que marcan muy claras diferencias y a la vez permiten salvarlas sin avergonzarse.…  Seguir leyendo »

«¡Hijo mío querido, entra en la ciudad y salva a los troyanos y troyanas!», grita el anciano rey Príamo asomado a la muralla de Troya. Y abajo, Héctor se duele para sus adentros de no haber retirado el ejército ante el retorno de Aquiles y dice «me avergüenzo ante troyanos y troyanas». Vergüenza esta que le hace ahora esperar a Aquiles a pie firme sabiendo que va a morir. Estos versos del canto XXII de la 'Iliada' no suelen aparecer en el debate sobre el lenguaje inclusivo en español, que lleva más de una década en primer plano, con el impecable 'Informe Bosque' y las mesuradas propuestas de Grijelmo como dos hitos clave.…  Seguir leyendo »