Por una escuela de España en Atenas
El visitante que hoy sube hacia la Acrópolis de Atenas encuentra, junto a los majestuosos propíleos, una inscripción reciente que rememora las palabras que Pedro IV de Aragón dictaba el 11 de septiembre de 1380: «La más preciada joya que haya en el mundo, tal que apenas entre todos los reyes cristianos podrían construir otro igual». El rey de Aragón era entonces también Duque de Atenas y Neopatria (títulos hoy del Rey de España), y ordenó a su tesorero que pagara el salario de los doce soldados que enviaba para proteger la Acrópolis: «Deben ser ballesteros, hombres de bien, que estén bien armados y aparejados».… Seguir leyendo »