Aprendía a coser cuando la mataron
Mi padre traía a veces cosas de los pisos que reformaba y un día se presentó con una vieja Singer. Me pasé días aprendiendo a usarla, peleándome con la correa que se salía de la rueda y el pesado pedal que mi pie infantil no conseguía dominar. Y luego había que enhebrar la aguja. Yo no tenía ni idea y mi madre tampoco, así que fui a casa de una vecina para que me diera cuatro indicaciones básicas. Pasé los días que siguieron pegada a mi máquina de coser. Llegaba del colegio al mediodía y corría a humedecer el extremo del hilo, hacer canilla, me inclinaba hasta casi rozar la aguja con la nariz.… Seguir leyendo »