Najat El Hachmi (Continuación)

Fue en un spa de ciudad con limpísimas piscinas de hidromasaje, olor a paz y tranquilidad, un oasis en medio del ruido. Yo estaba empapada de arriba abajo, venía de los vestuarios ya preparada para dejarme ablandar por las burbujas. Y no me di cuenta de que la encargada del lugar me miraba, pero cuando dejé las chanclas a un lado me habló: "Perdona", dijo, y por el tono de su voz ya vi que lo que seguiría no sería precisamente una disculpa. "Perdona, tienes que ducharte". Su nariz fruncida y la expresión de asco en su cara decían mucho más las palabras concretas que salían de su boca.…  Seguir leyendo »

Hay dos tipos de escritores: los que escriben como podrían estar haciendo cualquier otra cosa y los que 'son' escribiendo, la escritura no es lo que hacen sino algo que les pasa, una especie de secreción corporal. Como les late el corazón o les fluye la sangre, escriben. En este caso el interés no radica en sus habilidades técnicas, la destreza o el grado de perfección en la ejecución de sus obras sino en el hecho de que este tipo de autores no pueden evitar transmitir a través de los textos el lenguaje soterrado que puede que ni ellos mismos conozcan.…  Seguir leyendo »

Me llamó alarmada y me dijo: no puedo dejar de vomitar, no puedo parar. Estaba en el trabajo y quería hablar con alguien para cortar el impulso irrefrenable de provocarse el vómito, por eso se agarraba al móvil desde el baño en el que se había metido. Sus palabras sonaban a grito desesperado emitido desde las profundidades de un pozo en el que ni ella misma sabía cómo había caído. Éramos muy jóvenes entonces. Mi amiga vivía en conflicto con su propio cuerpo no porque quisiera estar delgada, sino porque desde que había hecho el cambio de forma precoz y había adquirido unas formas rotundamente femeninas, tenía que aguantar el acoso de los chicos y hombres del barrio que se creían con derecho a dar su opinión, algunos de forma más grosera que otros, sobre las carnes de la que hasta no hacía mucho era solamente una niña.…  Seguir leyendo »

Una madre que amamanta a su bebé es una madre que amamanta a su bebé. Quiero decir que el acto por sí mismo los implica a ellos dos. El suyo es un hecho particular, íntimo, que no va contra nadie, no hace ningún daño, no requiere de ningún tipo de ayuda. No hace ruido, no contamina y, en cambio, es una de las acciones femeninas que más controversias generan.

Leyendo el domingo a la compañera Emma Riverola, que apuntaba a la lactancia prolongada como posible nuevo yugo que limita las aspiraciones de las mujeres, me entraron todas la dudas, sobre todo porque es alguien que suele poner el dedo en la llaga cuando de la condición de la mujer se trata.…  Seguir leyendo »

El deseo de maternidad nace no se sabe cuándo ni dónde. Puede que en las primeras etapas de la infancia, en ese simulacro de vida que los expertos llaman juego simbólico. La niña juega a acunar a la muñeca y a amamantarla. Mucho antes, claro, de saber cómo se hacen los niños, dónde se hornean y cómo salen a la luz del mundo. Después se olvida de las criaturas aunque se enternezca al ver alguna. Hasta que el deseo empieza a rugir en algún lugar desconocido y sombrío del cuerpo. No tarda en decirse a sí misma que las ganas de bebés son fruto de la educación recibida, del hecho de estar demasiado cerca de generaciones y generaciones de mujeres que no han hecho otra cosa que embarazarse y parir sin preguntarse nunca si era o no lo que querían.…  Seguir leyendo »

Leo con gusto, devoro, la magnífica biografía de Montserrat Roig que ha escrito Betsabé García. Por regla general me cojo con muchas precauciones los libros que tratan vidas de escritores, no los soporto cuando son exploraciones morbosas de detalles íntimos sin ningún interés literario. 'Con otros ojos' es todo lo contrario. En sus páginas se plasma todo lo imprescindible para entender aún más la obra de la autora del Eixample: el contexto histórico en el que nació y creció, su formación, su evolución como periodista, los temas que marcan el contenido de sus creaciones. Uno de los aciertos del volumen es sin duda la descripción de los tiempos en que vivió Montserrat Roig, los de ella misma y los de su familia.…  Seguir leyendo »

Maria Aurèlia Capmany asesinó al ángel del hogar en su carta dirigida «a una dona de bé», dentro del volumen Cartes impertinents de 1977. Han pasado muchos años desde entonces y las mujeres de hoy ya no tenemos que lidiar con aquella imposición patriarcal y franquista de la perfecta ama de casa que tenía por objetivo vital convertir el ámbito doméstico en un lugar maravilloso con su dedicación exclusiva a la cocina, la limpieza, el zurcido de los cojines o sus labores en general.

Ahora es otra la figura impuesta a las mujeres, la que las atenaza y limita, la losa que a menudo nos acaba convirtiendo en lo que dice al final de esa carta la Capmany, en esbozo de persona.…  Seguir leyendo »

Las venganzas en la vida real suelen ser contraproducentes. Si se ha sufrido un agravio o injusticia que no sean denunciables a las autoridades, lo mejor que se puede hacer es salir de aquella situación y olvidar el tema. En general, cuando decidimos vengarnos de aquellos que nos han maltratado la cosa se nos suele volver en contra, por no hablar de la pérdida de tiempo y energía que supone quedarte enganchado a quien te ha perjudicado aunque solo sea para devolvérsela. Otra cosa es la venganza a través de la ficción o de la creación artística, este es el único tipo de revancha que puede dar algún buen fruto.…  Seguir leyendo »

La reconquista de los cuerpos

En un viaje visto y no visto a Casablanca tengo la suerte de conocer a la periodista Fedwa Minsk, conductora de espacios literarios y fundadora de la webzine Qandisha.ma, que tiene como objetivo recoger el testimonio de las mujeres marroquís y su malestar. Aicha Qandisha es una figura mítica en Marruecos, conocida por hacer exactamente lo contrario de lo que hacía Sherezade: parece que era una mujer de gran belleza que seducía a soldados enemigos en el contexto de la lucha anticolonial, los invitaba a su casa y antes de que despuntara el alba ya los había asesinado. La feminidad como peligro, la astucia femenina como defecto, la sirena norteafricana.…  Seguir leyendo »

Llevaba días pensando en Fatima Mernissi. La releía para refrescarme la memoria sobre las mujeres de la generación que nos precede, para enmarcarlas mejor en el espacio y el tiempo, volvía de nuevo al momento en que descubrí a la socióloga marroquí. Fue durante la adolescencia, cuando buscaba en los libros un reflejo de la realidad que me confirmase que nosotras, las chicas nacidas en Marruecos, también existíamos. Y que nuestras madres y nuestras abuelas, aquel mundo oculto detrás de los velos y las puertas cerradas, aquellas mujeres relegadas al espacio doméstico, eran de verdad y no unos fantasmas que no se ven en los espejos por el simple hecho de que nadie las ha mirado.…  Seguir leyendo »

Este es un artículo en solidaridad con todas las mujeres embarazadas de Catalunya que han estado notando el temido efecto Chacón hasta que ha dado a luz la ministra. Han estado en el punto de mira, han sido objeto de observación, juicio y prejuicio mucho más que antes del nombramiento de Carme Chacón. En las consultas de los ginecólogos, en los parques, en las calles, en las terrazas, en todas partes, estas mujeres, que suelen ir acompañadas de un aura de calma y tranquilidad, han ido escuchando voces a su alrededor que las instaban a reflejarse en la voz firme de la ministra, especialmente si no tienen todas las horas del día ocupadas.…  Seguir leyendo »

Hace ya tiempo que el Hay Festival se puso en marcha, y ha ido cambiando de escenario. Tuve que preguntar a varias personas para saber de qué se trataba: no podía creerme que fuera un festival dedicado a la literatura. Finalmente, fue un consuelo ver que no era la única despistada alrededor de la Alhambra del 4 al 6 de abril.

Sí, en efecto, es un festival dedicado a la literatura, con muchos actos y muchos autores invitados, muchas ponencias (generalmente conversaciones entre tal y cual). Y un elemento sorprendente que todavía hoy me intriga: en el Hay Festival se paga entrada.…  Seguir leyendo »