Sombra de banquillo
La publicación de una serie de documentos secretos sobre las técnicas de interrogatorio a los detenidos en la 'guerra contra el terrorismo' ha situado a los altos dirigentes políticos de la Administración Bush en el punto de mira de los operadores jurídicos norteamericanos (incluido el fiscal general, Eric Holder), por si pudieran ser objeto de una imputación penal como responsables de las presuntas torturas infligidas a los prisioneros de Guantánamo. Ahora bien, para que prosperase dicha imputación debería demostrarse, en primer lugar, que las técnicas de interrogatorio constituyen 'tortura'; en segundo lugar, que el presidente Bush, el vicepresidente Cheney, el secretario de Defensa Rumsfeld o la consejera presidencial Rice tuvieron pleno conocimiento de las mismas; y, en tercer lugar, que exista un procedimiento para culparles por ellas aunque obviamente no hayan practicado, ni presenciado siquiera, las técnicas de interrogatorio a los detenidos en dicha prisión.… Seguir leyendo »