Oliver Sacks

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El Invernadero Enid A. Haupt en el Jardín Botánico de Nueva York Credit Charlie Rubin para The New York Times

Como escritor, los jardines me parecen fundamentales para el proceso creativo; como médico, llevo a mis pacientes a visitar jardines siempre que me es posible. Todos hemos tenido la experiencia de pasear por un jardín exuberante o un desierto atemporal, de caminar a la orilla de un río o un océano, o de escalar una montaña y descubrir que nos hemos relajado y revitalizado a la vez, que tenemos la mente enfocada y el cuerpo y el espíritu renovados. La importancia de estos estados fisiológicos en la salud individual y comunitaria es fundamental y tiene un gran alcance. En cuarenta años de practicar la medicina, he descubierto que solo dos tipos de “terapia” no farmacéutica tienen una relevancia esencial para los pacientes con enfermedades neurológicas crónicas: la música y los jardines.…  Seguir leyendo »

Hace un mes me encontraba bien de salud, incluso francamente bien. A mis 81 años, seguía nadando un kilómetro y medio cada día. Pero mi suerte tenía un límite: poco después me enteré de que tengo metástasis múltiples en el hígado. Hace nueve años me descubrieron en el ojo un tumor poco frecuente, un melanoma ocular. Aunque la radiación y el tratamiento de láser a los que me sometí para eliminarlo acabaron por dejarme ciego de ese ojo, es muy raro que ese tipo de tumor se reproduzca. Pues bien, yo pertenezco al desafortunado 2%.

Doy gracias por haber disfrutado de nueve años de buena salud y productividad desde el diagnóstico inicial, pero ha llegado el momento de enfrentarme de cerca a la muerte.…  Seguir leyendo »

Anoche soñé con el mercurio: enormes y relucientes glóbulos de azogue que subían y bajaban. El mercurio es el elemento número 80, y mi sueño fue un recordatorio de que muy pronto los años que iba a cumplir también serían 80. Desde que era un niño, cuando conocí los números atómicos, para mí los elementos de la tabla periódica y los cumpleaños han estado entrelazados. A los 11 años podía decir: “soy sodio” (elemento 11), y cuando tuve 79 años, fui oro. Hace unos años, cuando le di a un amigo una botella de mercurio por su 80º cumpleaños (una botella especial que no podía tener fugas ni romperse) me miró de una forma peculiar, pero más adelante me envió una carta encantadora en la que bromeaba: “tomo un poquito todas las mañanas, por salud”.…  Seguir leyendo »

New Year’s resolutions often have to do with eating more healthfully, going to the gym more, giving up sweets, losing weight — all admirable goals aimed at improving one’s physical health. Most people, though, do not realize that they can strengthen their brains in a similar way.

While some areas of the brain are hard-wired from birth or early childhood, other areas — especially in the cerebral cortex, which is central to higher cognitive powers like language and thought, as well as sensory and motor functions — can be, to a remarkable extent, rewired as we grow older. In fact, the brain has an astonishing ability to rebound from damage — even from something as devastating as the loss of sight or hearing.…  Seguir leyendo »

He sufrido de jaqueca durante casi toda mi vida; el primer ataque del que guardo memoria me ocurrió con tres o cuatro años de edad. Estaba jugando en el jardín cuando apareció a mi izquierda una luz brillante, cegadora, de un resplandor deslumbrante, casi tanto como el sol. Empezó a aumentar de tamaño, se transformó en un semicírculo luminoso que se extendía desde el suelo hasta el cielo, con unos bordes zigzagueantes en forma de picos y unos colores azul y naranja vivísimos. Acto seguido, tras el resplandor, me sobrevino una ceguera, un vacío total en mi campo de visión, e inmediatamente después ya no pude ver prácticamente nada de lo que tenía a mi izquierda.…  Seguir leyendo »