Querida Europa
Querida Europa:
O quizá debiera decir mi pobre Europa. Te tuteo, porque nos conocemos íntimamente, tú, mi vieja amante, y yo, hijo de Estrasburgo, tu capital sentimental. Crecí al borde del Rin y nunca soy tan feliz como cuando circulo por las autopistas o voy en los trenes que vetean tu territorio. Las curvas de tus ríos, de tus costas y de tus montañas; la majestad de tus ciudades y de tus campos, la riqueza de tus culturas y el encanto de tus lenguas: querida Europa, sigues siendo el objeto de mi deseo. No he olvidado todo lo que nos has aportado, la paz y la prosperidad, después de la última vez que tus hijos se mataron entre ellos, hace 75 años.… Seguir leyendo »