Ruinas que son tesoros
«Silenciosas ruinas de un prodigio del arte, restos imponentes de una generación olvidada, sombríos muros del santuario del Señor, héme aquí entre vosotros. Salud, compañeros de la meditación y la melancolía, salud» — Gustavo Adolfo Bécquer
Las ruinas de iglesias, castillos y monasterios nos han causado siempre una misteriosa fascinación. La contemplación de estos gigantes pétreos cargados de historias místicas o heroicas, que se nos revelan mortales al descubrirnos su osamenta, provoca una singular experiencia que entremezcla el goce estético, la nostalgia y la catarsis del ‘tempus fugit’. A menudo envueltas en un claroscuro lunar y semihundidas en la hiedra, el Romanticismo europeo hizo de estas ruinas todo un emblema poético.… Seguir leyendo »