
Matthew Perry y la soledad de la adicción
Hace mucho tiempo, me mantuve horas sin dormir, aterrorizada de que fueran las últimas que me quedaran en el mundo. Me había comprometido a dejar la cocaína, que fue mi segunda adicción; la primera, que duró años, fue a las anfetaminas. Estaba intentando limpiar mi organismo y estar sana. Pero entonces me llamó un amigo con el que había consumido cocaína de manera habitual y que siempre la tenía a la mano. Esa noche oscura, caí en el terreno conocido de las líneas blancas sobre el espejo y un corazón que late demasiado deprisa. Latía tan fuerte, tan rápido, tan desbocado, que estaba segura de que ni él ni yo sobreviviríamos.… Seguir leyendo »