Vivir con el miedo incorporado
Son días difíciles para las mujeres del mundo. Hace unas semanas Sarah Everard, de 33 años, se despidió de una amiga y tampoco llegó a su casa. Caminaba de noche por las calles de Brixton Hill hasta que un oficial de policía la secuestró y la asesinó. Porque sí, porque pudo. Fue en Londres, pero podría haber sido en Buenos Aires o en Madrid. El caso encendió las protestas, pero también reactivó los mecanismos del miedo. Miedo urbano en femenino. A caminar sola, a caminar con alguien demasiado cerca, a no correr demasiado de prisa. A la luz tenue que me devuelve la farola de la esquina, a subir al autobús abarrotado, a que el taxista me lleve por el camino equivocado.… Seguir leyendo »