El 'procés' y los banalizadores del mal
Amon Göth era el oficial de las SS que disfrutaba matando, mutilando y torturando, interpretado por Ralph Fiennes en La lista de Schindler. Su alma, y el espejo de su cara, de villano impecable y sin resquicios era, no obstante, muy poco representativa del mal que trataba de mostrar la célebre película.
Porque tal y como había demostrado décadas antes Hannah Arendt en su extraordinario reportaje sobre el juicio en Jerusalén al líder nazi Adolf Eichmann, la maldad del Holocausto no se nutrió apenas de monstruos psicópatas asesinos, sino de gente normal —"terriblemente y temiblemente normal", lo describió la filósofa—, es decir, de funcionarios fieles cumplidores de su deber, de aplicados y ambiciosos empresarios, de interesadas víctimas colaboradoras, de intelectuales comprensivos y disciplinados, de amantísimos padres y madres que querían un país mejor para sus hijos y de jóvenes inflamados por elevados ideales.… Seguir leyendo »