Estado de sitio
Una semana después de los dramáticos atentados terroristas de París, Europa observaba atónita cómo Bruselas, su capital administrativa, era situada bajo estado de sitio. No parece, sin embargo, que estas circunstancias extremas hayan sido suficientes para sacudir las agendas y cambiar las rutinas de la toma de decisiones de la lentísima política comunitaria. La pobre reacción política –más allá de la obligada sobreactuación del presidente francés, François Hollande– resulta altamente desmoralizadora para los ciudadanos directamente afectados y para todos aquellos que esperaban señales de control y liderazgo por parte de las instituciones y sus dirigentes. Europa ha cedido ante el ataque de los intolerantes, pero las agendas institucionales no se han alterado, o lo han hecho a ritmos propios del siglo pasado.… Seguir leyendo »