Justicia de pueblo
Acababa de empezar a trabajar en mi segundo destino, un Juzgado de Primera Instancia e Instrucción con competencias en materia de Registro Civil y Violencia de Género: el pack completo. Entre los muchos papeles que tenía sobre mi mesa, había un procedimiento pendiente de firma. En ese expediente figuraba la rúbrica estampada, años atrás, por otro juez de pueblo como yo, un tal Fernando Grande Marlaska.
Ese nombre me hizo levantar la vista de la resolución y ponerme a mirar lo que tenía alrededor: un despacho con humedades, un sillón con la tela raída y una puerta que a duras penas cerraba a la que, sin llamar, cualquier persona que reclamara justicia podía asomarse para preguntar: “¿qué hay de lo mío?”;… Seguir leyendo »