1978: un mandato de concordia
"Saldremos adelante porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos". Esa tarde, Felipe VI anunció por sorpresa que se dirigiría a los españoles. Hoy sabemos que Rajoy no lo consideraba necesario. El discurso fue corto, sobrio, asertivo, contundente e implacable con quienes pretendían romper el orden constitucional. Habían pasado dos días del chapucero 1-O, que puso al Gobierno en evidencia y a la Constitución en la picota. Felipe VI asumió riesgos y ejerció las funciones que le otorga la Constitución: "Jefe de Estado, símbolo de unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones...".… Seguir leyendo »