Dar la vida no es perderla
Experto en calabozos y celdas de castigo, profesional del hambre y de la sed, conocedor de todas las sombras del presidio, Orlando Zapata Tamayo sabía -desde que empezó su huelga el 3 de diciembre pasado en la cárcel de Kilo 8-, en Camagüey, que en el camastro de cemento donde tomó la decisión podía comenzar su viaje definitivo hacia la tumba.
Tenía que saberlo porque este albañil y plomero, natural de Santiago de Cuba, de 43 años, era ya en ese momento un preso político con siete años de vida en cárceles de mayor rigor. En su experiencia estaba todo lo que pudo pasar delante de sus ojos en ese tiempo.… Seguir leyendo »