Raúl Rivero

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Experto en calabozos y celdas de castigo, profesional del hambre y de la sed, conocedor de todas las sombras del presidio, Orlando Zapata Tamayo sabía -desde que empezó su huelga el 3 de diciembre pasado en la cárcel de Kilo 8-, en Camagüey, que en el camastro de cemento donde tomó la decisión podía comenzar su viaje definitivo hacia la tumba.

Tenía que saberlo porque este albañil y plomero, natural de Santiago de Cuba, de 43 años, era ya en ese momento un preso político con siete años de vida en cárceles de mayor rigor. En su experiencia estaba todo lo que pudo pasar delante de sus ojos en ese tiempo.…  Seguir leyendo »

Anoche, en una de esas angustiosas llamadas de Año Nuevo para escuchar a la gente querida y lejana, el hermano de un amigo mío le decía a éste desde La Habana: «Ramón, lo que pasa es que este país, Cuba, está muerto».

El hombre, un ex combatiente de Sierra Maestra jubilado, que sobrevive con las remesas que le envían sus familiares desde España, y que se pasó la juventud al servicio de Fidel Castro, remató la frase con este comentario: «Está muerto, pero nadie lo acaba de enterrar».

La metáfora, con todo su trasfondo patético y su mensaje de tedio cardinal, retrata la fatiga con la que los grandes sectores de la ciudadanía cubana reciben el amanecer de los 50 años de socialismo con pachanga.…  Seguir leyendo »

Para escapar rápido de Alexander Solzhenitsin -el viejo cascarrabias con cara de pope asustado-, los camaradas y su disciplinada tropa internacional suelen presentarlo como el descubridor de los horrores del estalinismo, el cronista de un tiempo superado y de una etapa que las mismas fuerzas progresistas pasaron a degüello.

Mucho antes de que la muerte lo sacara a empujones este domingo de su dacha en las afueras de Moscú, los herederos de la tramoya de Vladimir Ulianov Lenin trataron de sepultarlo en vida, junto a las decenas de millones de rusos que el totalitarismo envió a las tumbas reales y colectivas que rodearon los campos de trabajos forzados.…  Seguir leyendo »

El desplazamiento, ahora oficial, de Fidel Castro del patrón de la televisión cubana y de la primera plana de todos los periódicos a la cama de un hospital no significa que él vaya a dejar de controlar la vida y la muerte de los hombres y mujeres de ese país. Se trata de un cambio de uniforme y de una permuta forzosa del puesto de mando.

El documento, con su renuncia anticipada a todos los cargos que ocupaba desde 1976, sólo ha servido para darle un carácter definitivo al proceso iniciado en el verano de 2006, cuando se anunció que estaba enfermo y cedía, de manera provisional, todas las jefaturas a su hermano menor, que va a cumplir ya 77 años.…  Seguir leyendo »

La carga cerrada que ordenó el régimen cubano en marzo de 2003, la llamada Primavera Negra, no cambia de color ni deja que entren las otras estaciones. A cuatro años de su llegada (los pícaros trataron de esconderla bajo el estruendo de los cañonazos en Irak) sigue instalada en la República y cada día renace, se intensifica y genera una variada categoría de tormentos para los presos políticos y la disidencia.

Eso es. Ahora mismo, después de ocho meses de poder provisional de Raúl Castro, conocido como el compañero ministro por la servidumbre criolla, el panorama para la oposición pacífica es de extrema crispación: lluvias de palizas en las cárceles, restricciones de visitas, prohibiciones de ingreso de medicinas, falta de agua potable y un hambre que es tan general como el nuevo jefe del Gobierno.…  Seguir leyendo »

Este domingo, cuando se paralizó en Santiago de Chile el asediado corazón de Augusto Pinochet Ugarte, el gorila de capa y espada hizo su último gesto público en contra de Fidel Castro porque lo dejó solo en la pavorosa galería de dictadores autoritarios que gobernaron en aquel continente a punta de pistola.

Lo ha abandonado en la soledad del opresor de fondo. Le ha traspasado la escaramuza final y las negociaciones para entregar la plaza sin condiciones. Le ha cedido, con un rápido saludo militar a la visera, el ambiguo privilegio de clausurar una dinastía que tuvo sus más altos fulgores iniciales a mediados del siglo pasado con el medallero ensangrentado de Marcos Pérez Jiménez, Fulgencio Batista y Rafael Leónidas Trujillo.…  Seguir leyendo »