Remedios Zafra

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Contra la tristeza burocrática en los trabajos que amamos

¿Qué es vivir? ¿Es vivir trabajar y sentirte ocupada la mayor parte de la vida soñando con poder jubilarte algún día, justo cuando enfermas más o todo el tiempo? ¿No es la vida el tiempo? ¿No tengo más de cincuenta años de vida que son más de cincuenta años de tiempo? ¿De qué manera ese tiempo que es la vida dedicada al trabajo dificulta la vida propia aplazada a “cuando tenga tiempo”?

Alimentar la idea de que “nada se puede hacer” para cambiar sostiene la reproducción de lo mismo a costa de un creciente desafecto con el trabajo. En riesgo no solo la desvinculación con nuestra práctica (sea lo que sea que cada uno haga), sino la facilidad con la que se sucumbe a un hacer precario y de cualquier manera.…  Seguir leyendo »

Cinco minutos (una revelación violenta)

Las salas de espera de un hospital público son lugares capaces de hacer de esbozo del mundo, de cómo se organiza un mundo, una comunidad, de cómo se cuida, qué vidas enferman y esperan y cuáles no las transitan porque no pueden o simplemente cuentan con una salud de hierro, buena genética, alimentación sana, vida tranquila y probablemente una asistencia pagada.

Cuando esperas en ellas y observas, puede ocurrir que de pronto lo acostumbrado se te muestra con otra cara, como si lo que contradictoriamente está a vista de todos no siempre fuera visto y necesitara una pausa, un respirar despacio.…  Seguir leyendo »

La ilusión y el pronóstico (o la oportunidad debida)

¿Por qué muchos logros sociales, muchas “buenas noticias”, se diluyen en minutos en el escaparate de las pantallas?, como si sobre ellas se ejerciera ese gran poder que no oculta sino que minusvalora, como si se trucara la cuerda y como respuesta no nos resistiéramos, normalizando que apenas tengamos tiempo para celebrar un avance, de igual manera que aplazamos quedar con los amigos o abrazarnos a un “más adelante” siempre pospuesto. No renuncio a la autocrítica y advierto en esta aceptación una suerte de “inercia educada”, presente en muchos trabajadores públicos que cuando se dedican a gobernar o a gestionar lo común sienten la responsabilidad como motor en marcha, porque siempre hay cosas por hacer, restando importancia a su celebración, a la fuerza simbólica y afectiva de compartir la ilusión de un logro colectivo después de un probable grandísimo esfuerzo (una nueva ley, un plan novedoso, un logro social…).…  Seguir leyendo »

“A la sombra de una lenteja” o enclaustrados y horneados en habitaciones con aparato de aire acondicionado o ventilador, este verano muchos se han preguntado si su ciudad, pongamos Madrid, es una ciudad habitable, si las vidas que permite son más o menos vivibles. Porque quisiéramos ciudades en las que poder habitar sin este esfuerzo de ahora. Y no se trata solo de lo que una ciudad hace para afrontar el pronóstico científico y su transformación climática y material, sino de lo que lleva tiempo haciendo, de la estructura que ha ido asentando para responder a las inclemencias planetarias, coyunturales y sociales a través de sus sistemas públicos de atención y cuidado de las personas, los que son capaces de acoger sin que el requisito sean los números que definen tu cuenta bancaria para marcharte temporalmente a otro lugar más fresco o pagar servicios privados cuando el fuego acecha.…  Seguir leyendo »

Garabatear, holgazanear, tumbarte en el suelo pensando que el techo es el cielo nocturno de agosto. Nada. Que hoy no tuvieras nada que hacer, que tu cabeza se despojara del cemento del trabajo para entregar mañana o antes de ayer, que desapareciera la percusión del goteo de mensajes recibidos reclamándote el plazo de entrega o el imprescindible trámite administrativo para llegar al siguiente, antesala de otros. Que solo te levantara la ligereza de que hoy nada presiona, que colaborar (o no) va sin miedo al rechazo, a que un “no ahora” no sentencie un “nunca”, que los días de vacaciones estuvieran realmente liberados de trabajo.…  Seguir leyendo »

Ha sucedido desde el principio de los tiempos: el avance del conocimiento científico y el progreso se han nutrido de la comunicación entre áreas, culturas, países y regiones, y entre instituciones públicas y privadas. Por el contrario, la imposición de barreras al conocimiento siempre ha tenido consecuencias negativas, como se ha visto en los más oscuros periodos de la historia. Viajes, misivas e intercambios llenan la historia de la ciencia, y ha sido únicamente en periodos de guerra cuando el secretismo y la nacionalización se han impuesto a la tónica de altruismo, colaboración y cooperación dominante en la práctica científica: la excepción que confirma toda regla.…  Seguir leyendo »

Líneas de grafito o la esperanza íntima

Cuando era adolescente solía pintar casas sin puertas ni ventanas. Eran bloques de piedra y tejado sin abertura alguna, dibujados con carboncillo y óleo. Después las enseñaba a la familia traduciendo en la imagen lo que era incapaz de verbalizar, el deseo de escapar (de la casa, del pueblo, de la tribu…). Cuando el lienzo volvía a mi habitación dibujaba en aquellas herméticas casas una puerta y una ventana. Lo hacía con un lápiz duro que apenas dejaba rastro visible a media distancia, pero a poco que alguien lo observara de cerca, lo vería. Era mi ansia íntima hilvanada sobre la piedra, el trazo de un lápiz de grafito que apenas se sujetaba a la pintura de aceite.…  Seguir leyendo »

Nada más cercano a la ceguera que un mundo saturado de imagen. Nuestro mundo-pantalla en cierta forma vuelve más difícil cerrar los párpados, y ante la saturación y disponibilidad que incita a ver todo el tiempo complica observar lo mirado, detener la imagen y profundizar en ella, abordar el espesor más allá de lo epidérmico. La dificultad de mirar sin párpados conlleva el riesgo de inmunizarnos frente a las imágenes que en otro tiempo nos hubieran agitado: ese niño tiritando en la frontera, esas muertes masivas.

Porque la luz tiene fama de alentadora, pero ¿han advertido cómo muchas de las cosas que importan suelen protegerse de ella y necesitan oscuridad o párpados?…  Seguir leyendo »

El ruido como fórmula

Al igual que los ruidos, los objetos, portes y vehículos son también símbolos estéticos y éticos de quienes se pronuncian o se quejan. Pero si les menciono este asunto es por contraste, para ponerles en valor algunas cosas actuales que siendo importantes no suenan. Y cuanto más ruido hacen quienes cargados de privilegios también se jactan de tener la voz más alta, más necesitado está lo que no suena de darse a ver. Cuesta aprender que lo callado esconde peligros y valiosas respuestas que dejamos pasar, entretenidos en la bulla de quienes quieren que se hable de ellos, pero no hablar con otros ni construir juntos.…  Seguir leyendo »