Ricardo Dudda

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Romper la jaula

En una columna reciente publicada en este periódico, David Jiménez Torres reflexionaba sobre el tiempo que hemos dedicado a elucubrar sobre un posible final del sanchismo. Durante años hemos señalado su debilidad parlamentaria, su Gobierno Frankenstein, su impopularidad, los escándalos de corrupción. Uno puede escoger entre una larga lista de desfalcos el que mejor considere que marcó un antes y un después: la amnistía, el cupo catalán, la carta de amor y chantaje de abril, los pactos con Bildu, la gestión de la dana (o el hecho de que el presidente no acudiera al funeral de las víctimas). El Gobierno siempre estaba a punto de caer.…  Seguir leyendo »

El cónclave aceleracionista

«No vamos a reducir el paso. Vamos a acelerar el paso con más fuerza si cabe», dijo Pedro Sánchez en el 41º Congreso Federal del PSOE que se celebró el pasado fin de semana. ¿Hacia dónde? ¿Cuál es el proceso que se va a acelerar? No es difícil adivinarlo. El partido está asediado judicialmente. El paso acelerado es el de una huida hacia adelante que, en realidad, lleva meses produciéndose, al menos desde la célebre carta de amor de Sánchez a su esposa hace unos meses, excusa cínica y chantajista para atacar a la prensa y los jueces independientes, pero también excusa para galvanizar y movilizar a los suyos.…  Seguir leyendo »

Trump, el regreso del Don

En mayo de 2021, el futuro vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, dijo en un programa de radio conservador: «Hemos perdido todas las grandes instituciones poderosas del país, excepto quizá las iglesias y las instituciones religiosas, que, por supuesto, son más débiles ahora de lo que nunca han sido. Hemos perdido las grandes empresas. Hemos perdido las finanzas. Hemos perdido la cultura». Para el político, que en 2021 era solo conocido por su libro superventas Hillbilly, una elegía rural, una autobiografía sobre sus orígenes de clase obrera en Ohio, no era posible ningún tipo de compromiso con la izquierda. «A menos que los derroquemos de alguna manera, vamos a seguir perdiendo».…  Seguir leyendo »

El monopolio del fango

Quizá el lector no se acuerde, porque fueron meses trepidantes y deprimentes y porque la pandemia la olvidamos a una velocidad asombrosa, pero en abril de 2020 hubo una pequeña tormenta mediática cuando el entonces Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago, dijo en una rueda de prensa sobre desinformación y bulos que su objetivo era «por un lado, evitar el estrés social que producen estos bulos, y por otro, minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno». Poco después, Santiago aclaró que su trabajo se hacía siempre «con escrupuloso respeto al derecho a la libertad de expresión y a la crítica», pero su comentario tenía demasiadas subordinadas como para ser un desliz.…  Seguir leyendo »

Si pasas suficiente tiempo en TikTok, es muy probable que llegues a algún tipo de contenido conspirativo. Durante varias semanas, la app me recomendó decenas de vídeos sobre la conspiración de Tartaria. Yo tenía la culpa, claro: eran tan entretenidos que me quedaba viéndolos, lo que provocaba que el algoritmo me ofreciera más contenido similar. Es una conspiración delirante, pero aparentemente inofensiva. Sostiene que hace no mucho existió una civilización avanzada que fue borrada por las élites en un «gran reseteo». Sus defensores aportan mucho material gráfico: imágenes de edificios sorprendentes que desaparecieron inexplicablemente, como el rascacielos Singer en Manhattan, que llegó a ser el más alto del mundo hasta que fue demolido en 1967; o las construcciones efímeras de las exposiciones mundiales, que según los conspiranoicos eran las capitales de Tartaria.…  Seguir leyendo »

Pedro Sánchez, un presidente romántico

El presidente es un romántico. En la carta de despedida en diferido que envió el miércoles a la ciudadanía, una carta deslavazada e improvisada a pesar de que supuestamente la meditó durante bastante tiempo, Pedro Sánchez se declaraba "un hombre profundamente enamorado de mi mujer". Es un sentimiento noble. También parece genuino. Nadie pone en cuestión la sinceridad de su amor. El problema es su instrumentalización pública. Desde esa posición de aparente vulnerabilidad y apertura emocional (es sorprendente que un líder tan opaco haya hecho de pronto una exhibición tan impúdica), el presidente ha atacado a jueces, periodistas y todo aquel que cuestione su liderazgo.…  Seguir leyendo »

La reconciliación como amenaza

El presidente Pedro Sánchez llegó al poder como azote de la corrupción, y quizá ha sido quien más ha hecho por frivolizarla. Hay dos tipos de corrupción sanchista. La primera es la clásica, la de toda la vida: el trinque, los comisionistas, las adjudicaciones a dedo de contratos públicos, las mordidas. Está bien representada por el caso del tito Berni pero, sobre todo, por el caso Ábalos. Es una corrupción fea, machista, de marisquerías, reservados y prostíbulos. Es contra la que se enfrentó Sánchez cuando desalojó a Rajoy en la moción de censura de 2018: la corrupción de los engominados del PP.…  Seguir leyendo »

Algunas cuestiones más allá de Gaza

Si uno observa la cobertura mediática de la guerra en Gaza, llegará a la conclusión de que el conflicto palestino-israelí es muy fácil de comprender. En parte es así. La muerte indiscriminada de civiles no necesita matices ni muchas explicaciones. Desde que comenzó la guerra en octubre del año pasado, el ejército de Israel ha matado a casi 26.000 personas, ha desplazado a 1,9 de los 2,3 millones de habitantes de la Franja y ha convertido el enclave en un lugar completamente inhabitable.

No hace falta saber si Israel está cometiendo un genocidio en Gaza, como ha sugerido Sudáfrica ante la Corte Penal Internacional (el tribunal ha pedido a Israel que haga lo posible por «prevenir y castigar» toda incitación al genocidio), para tener claro que está cometiendo crímenes de guerra.…  Seguir leyendo »

El largo viaje de la amnistía

Hace unos años, los expertos en propaganda rusa Edward Lucas y Peter Pomerantsev explicaron en un informe del Center for European Policy Analysis en qué consistía la propaganda del Kremlin: «El uso que hace el Gobierno ruso de la guerra de la información -la desinformación- difiere de las formas tradicionales de propaganda. Su objetivo no es convencer o persuadir, sino desautorizar. En lugar de agitar al público para que actúe, busca mantenerlo enganchado y distraído, pasivo y paranoico». Es decir: en vez de convencer y persuadir, la propaganda rusa busca desconvencer, extender un manto de sospecha y promover un relativismo epistémico absoluto.…  Seguir leyendo »

El año del descubrimiento

Si algo ha tenido este último año político son sorpresas que, en el fondo, no eran tan sorprendentes. Una de las características del sanchismo es que sus oponentes siempre piensan que no será capaz de llegar tan lejos, pero siempre acaba llegando tan lejos. Y, cuando lo hace, es sorprendente y lo contrario. La Ley de Amnistía, por ejemplo, era impensable y, al mismo tiempo, esperable o comprensible si atendemos al historial del presidente. Sánchez llevaba años avisando con su alianza y blanqueamiento del independentismo catalán, sobre todo, de su relato: en pocos años, el procés ha pasado de ser considerado una ruptura inaceptable de la legalidad y la convivencia a ser un problema de sobrerreacción del Estado.…  Seguir leyendo »

Saturación e indiferencia

Durante los años de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, una teoría explicaba por qué el presidente conseguía siempre librarse de los escándalos en los que se veía envuelto. El propio Trump ironizó con su inviolabilidad incluso antes de convertirse en presidente: «Podría plantarme en medio de la Quinta Avenida y disparar a alguien, y no perdería ningún votante», dijo durante su campaña en 2016. La clave era la saturación e inflación de polémicas. Trump estaba involucrado en tantos escándalos, eran tantos y tan constantes, que al ciudadano estadounidense le costaba distinguir entre los graves y los superfluos. Esa ruptura de la jerarquía de importancia benefició enormemente al presidente e impidió la fiscalización y la rendición de cuentas.…  Seguir leyendo »

Una amnistía de progreso

El otro día la abogada internacional Miriam González Durántez escribió en el Financial Times una excelente reflexión sobre la amnistía (después de que el periódico publicara un editorial perezoso en el que concluía, casi como para quitarse de encima el tema y sin haberle dedicado mucho tiempo, que la amnistía es «una apuesta que merece la pena, aunque no sea por las razones correctas»). González Durántez criticaba que el Gobierno de Sánchez se estaba escudando en su identidad de izquierdas, y en su lucha secular contra las derechas, para justificar la amnistía: «El espectro de la Guerra Civil sigue impregnando gran parte de la información internacional sobre el país, como si Franco pudiera resurgir de su tumba en cualquier momento.…  Seguir leyendo »

La amnistía como un problema de derechas

"Los problemas, cuando son auténticos, no son de derechas ni de izquierdas", escribió hace unos años el ex presidente del Senado Manuel Cruz. "Lo que son de derechas o de izquierdas son las soluciones". Nadie le hace caso. En la política española contemporánea, los problemas son de izquierdas o de derechas. Hay una segmentación perfecta. Cuando uno se proclama de izquierdas o de derechas, compra un pack indivisible de preocupaciones: el mestizaje de ideas y la transversalidad son inconcebibles.

Por eso, nuestra polarización es tan profunda: no existe ni siquiera un consenso sobre lo que consideramos problemas. El político o el individuo politizado contemporáneo no solo considera que su adversario es ilegítimo, y que sus ideas no tienen cabida en el debate público; también piensa que los problemas que denuncia su adversario no existen: son invenciones y hombres de paja.…  Seguir leyendo »

Potencia e impotencia en la política española

«Si quieres, puedes» es un eslogan adolescente, de película de Disney o de comedia romántica mala. Es también una lógica muy presente en la autoayuda, que suele colocar en el individuo toda la carga de su destino. La izquierda es muy crítica con esta filosofía, que considera neoliberal e individualista porque convierte todos los problemas estructurales en problemas individuales. Tiene parte de razón: es fácil decir que todo depende de ti cuando estás en una posición privilegiada. En España abundan los «hombres hechos a sí mismos» que empezaron de la nada y esa nada era el dinero de sus padres. Sin embargo, cuando se trata de política, la izquierda sí que suele pensar que «si quieres, puedes».…  Seguir leyendo »

Sánchez, el gran táctico

El poder no se explica, el poder se ejerce. Y el poder se ejerce, especialmente en esta democracia de audiencia o posdemocracia liberal, actuando como si se tuviera más del que realmente se tiene. Esta ha sido la filosofía política de Pedro Sánchez desde que llegó al poder en junio de 2018: la debilidad parlamentaria se compensaría con la fuerza de voluntad, el poder ejecutivo, la ética de la excepcionalidad. En otoño de 2018, solo cinco meses después de la investidura de Sánchez tras la moción de censura contra Rajoy, la por entonces portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, definió esa filosofía en una frase: «Tenemos 84 diputados que valen por 176».…  Seguir leyendo »

El futuro ayer y hoy

Es difícil hablar del futuro en política sin sonar cursi. Cuando Yolanda Díaz anunció la candidatura con la que se presentará a las elecciones generales, dijo que «el futuro es una obra abierta», algo que es a la vez incomprensible y una tautología. El columnista Juande Ávila parodió en Twitter a la candidata de Sumar: «Compañeras y compañeros, hay que recuperar el futuro. Lo hemos perdido y puede estar por ahí, en cualquier sitio, el pobre, pasando frío y calamidades». El concepto es solo un recurso retórico, un sonajero que agitan los líderes políticos en campaña. Es una tradición democrática. El progreso ha sido durante mucho tiempo la ideología oficial de las democracias liberales.…  Seguir leyendo »

Hoy es fácil ser disidente. Solo hace falta una cuenta en Twitter o Facebook, grandes dosis de autocomplacencia y la construcción retórica de un enemigo opresor. Es una estrategia común en los autodenominados políticamente incorrectos. Son individuos que dicen luchar contra la dictadura de la corrección política, una hegemonía cultural progresista opresora y asfixiante. No solo están en desacuerdo con el estado de las cosas, sino que se sienten mártires de una verdad que las élites han ocultado maliciosamente. A menudo se dibujan a sí mismos como víctimas y héroes a la vez: víctimas del establishment y héroes de la resistencia.…  Seguir leyendo »

Una de las grandes armas de las guerras culturales contemporáneas es el privilegio. El cruce de acusaciones de privilegio entre derecha e izquierda es constante. Es un buen tapón argumentativo y una herramienta efectiva para silenciar al adversario político: tu condición te impide hablar de esto.

La derecha acusa a una supuesta izquierda liberal y cosmopolita de vivir en una burbuja de privilegio. A veces tiene razón, pero a menudo las acusaciones provienen de una derecha elitista y antigualitaria que, tras las victorias de Trump y el Brexit, se ha autoproclamado voz del pueblo. Es una derecha que solo se acuerda de la desigualdad, el racismo o el machismo cuando puede usarlo contra la izquierda.…  Seguir leyendo »

Joan Tardá en un acto a favor del referéndum JAIME VILLANUEVA

El 22 de septiembre, el diputado de ERC Joan Tardà pronunció un discurso ante estudiantes de la Universidad de Barcelona. En él, dijo: “Tenemos el compromiso de parir la República, pero quien la ha de capitanear sois vosotros. Y si no lo hacéis, habréis cometido un delito de traición a las generaciones que no se han rendido, y cometeríais un delito y una traición a la tierra". No es un discurso pronunciado por el racista Heribert Barrera, presidente de honor de ERC hasta su muerte en 2011, ni por un supremacista catalán de los años veinte como Pere Rossell i Vilar, autor de La raça, sino por un diputado aparentemente progresista rodeado de jóvenes que piden democracia en una rebelión popular.…  Seguir leyendo »

En la democracia sentimental, Manuel Arias Maldonado crea la figura del “ironista melancólico”: un individuo escéptico que usa la ironía para tomar distancia de las pasiones políticas, consciente de “la inevitable incompatibilidad de los distintos valores en juego”. La ironía suele ser inteligente; en muchas ocasiones, la sátira es más efectiva y crítica que el análisis solemne. Pero su abuso puede desembocar en cinismo. El debate público contemporáneo, especialmente en redes sociales, se ha convertido en un perfecto campo de juego para las guerras irónicas. La ironía no funciona aquí como el ideal liberal e ilustrado de Arias Maldonado, sino como un mecanismo de reafirmación tribal y un arma ideológica.…  Seguir leyendo »