La lidia del Brexit
Entre los británicos se da por descontado que nuestra política se ha convertido en una farsa tan inverosímil que el público la ridiculizaría por imposible si fuese un culebrón televisivo de los 70. No estoy de acuerdo, pero me he tenido que callar, porque mis amigos están todos indignados; y bien sabemos que de la indignación fertiliza la ira, como un gran indultado semental fecunda, después de una larga tarde de tienta, la bravura con una buena dosis de nobleza. Qué los debates sirvan para algo, me digo.
Hablando de toros, hace tiempo que la historia del Brexit me evoca la interminable lidia de uno de esos mansos rajados medio gachos, ya con la piel colgando de la costera por una vara horrorosamente mal colocada, por fin devuelto cojeando a los toriles después de tres avisos y media docena de descabellos de un novillero de experiencia precaria.… Seguir leyendo »