Robert J. Samuelson

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de noviembre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

The odds of Europe solving its “Italy problem” without disrupting the European Union or the world economy just got a bit better. The Italy problem, for those who have forgotten or who never knew, is the persistence of its massive governmental debt, which in 2019 was reckoned at 135 percent of its economy (gross domestic product, or GDP). The danger is that Italy defaults.

If this happened — that is, if Italy could not meet its interest costs or principal repayments — it could trigger a global financial panic. To limit losses, investors and traders would rush to sell stocks, bonds and other financial assets.…  Seguir leyendo »

Just when you thought the world economy might be improving, along comes Spain. It’s Europe’s next economic domino, struggling to cope with big budget deficits, massive unemployment and an angry public. Will it fail — and, if so, with what consequences?

As it happens, the $80 trillion world economy splits roughly 50-50 between advanced countries (the United States, Europe, Japan and a few others) and developing countries (China, India, most of Asia, Africa and Latin America). Since the financial crisis, the advanced economies have struggled. In 2012, they will grow a meager 1.4 percent, forecasts the International Monetary Fund. Much of Europe is in recession; the United States (up 2.1 percent) and Japan (2 percent) grow slightly.…  Seguir leyendo »

En 1924 la pareja de sociólogos que formaban Robert y Helen Lynd llegó a una pequeña ciudad del Medio Oeste a la que llamaron Middletown (en realidad, era Muncie, estado de Indiana) para estudiar el lugar. Su obra clásica, Middletown, de 550 páginas, describía a una comunidad abruptamente dividida entre una «clase trabajadora» (los obreros de las fábricas y los jornaleros suponían el 71% de la población) y una «clase empresarial» (los propietarios, directivos y profesionales, que constituían el 29% restante). Esta división, escribieron los Lynd, era la «grieta pendiente» de Middletown e influía sobre el trabajo, sobre el matrimonio, sobre la religión, sobre el ocio; prácticamente sobre todas las cosas.…  Seguir leyendo »

La opinión generalizada en EEUU es ésta: la reelección del presidente Obama está amenazada por la precaria economía y la elevada tasa de paro. Esto es lo que podría suceder: la situación económica mejora de forma gradual, y aunque el paro permanece elevado (por encima del 8%), lo que pesa a nivel político es la sensación palpable de que las cosas van encaminadas. Esto permite a Obama afirmar, como ya hace, que sus políticas están reparando lentamente la catástrofe económica que heredó de los republicanos. A lo cual ellos replican: la retórica y las legislaciones antisector privado por parte de Obama han obstaculizado la recuperación; la Ley de Atención Asequible (Obamacare) y los nuevos reglamentos generan incertidumbres que frenan la nueva contratación; y Obama no ha abordado la proliferación del gasto público federal.…  Seguir leyendo »

La lógica de la recuperación económica no funciona, o por lo menos no funciona bien. Según esa lógica, los sobreendeudados estadounidenses amortizarían préstamos y repondrían los agotados ahorros, precipitando un descenso acusado temporal del consumo y la actividad económica. Pero una vez que el ahorro creciera y el endeudamiento descendiera, el consumo se consolidaría. Ello reemplazaría al programa de estímulo de Obama. La contratación mostraría signos de mejora; la recuperación se sostendría. Aún estamos esperando. ¿Por qué vacila la recuperación? Hay muchas explicaciones: mercado inmobiliario deprimido; exportaciones más débiles de lo esperado; corporaciones escarmentadas. Pero el consumidor, que representa alrededor del 70% del gasto de la economía, es el quid de la cuestión.…  Seguir leyendo »

No podemos, según parece, tener una conversación franca en torno a la sanidad. El reciente discurso del presidente fue una actuación brillante, y podría mejorar las esperanzas de aprobación de su reforma en el Congreso. Sin embargo, ningún plan posible va a solucionar el problema de la sanidad de forma totalmente satisfactoria. Cuando Obama dice «no soy el primer presidente en asumir esta causa, pero estoy decidido a ser el último», está dando rienda suelta a su ambición de ocupar un lugar especial en la historia, e ilustra el motivo de que los estadounidenses no discutan con sinceridad sobre la sanidad.…  Seguir leyendo »

Habría sido demencial (por no pecar de sutil) que el presidente Obama no designase a Ben Bernanke para desempeñar un segundo mandato como presidente de la Reserva Federal. La situación económica lo exigía; la política lo imponía.

Imagine la que se habría montado si Obama hubiera elegido en su lugar al asesor económico de la Casa Blanca Lawrence Summers. Las cabeceras del día siguiente habrían sido predeciblemente críticas. ¿Intentaba Obama comprometer la independencia de la Reserva? Teniendo en cuenta la fama de cáustico que tiene Summers, ¿podría alcanzar un consenso por escrito entre los 12 miembros del Comité Federal de Política Monetaria?…  Seguir leyendo »

El entusiasmo de la administración Obama por la alta velocidad ferroviaria es un ejemplo desalentador de la incapacidad del Gobierno de aprender de los errores del pasado. Desde 1971, el Ejecutivo federal ha invertido a fondo perdido casi 35.000 millones de dólares en la corporación ferroviaria norteamericana Amtrak con escasa rentabilidad pública. A lo sumo, hemos logrado a cambio reducciones nimias -invisibles y estadísticamente insignificantes- de la congestión, el consumo de combustible o la emisión de gases de efecto invernadero. Lo que se está prestando principalmente es un transporte público subsidiado a una pequeña horquilla de la población. En un país donde 140 millones de personas se desplazan a diario para trabajar, Amtrak transporta a 78.000 pasajeros al día.…  Seguir leyendo »

Antes de entusiasmarnos demasiado con cualquier «recuperación» económica norteamericana, deberíamos recordar que el colapso económico que la precedió fue global. Ninguna recuperación podrá prosperar a menos que sea global también. ¿Sucederá? El mundo ya no puede confiar más en el crecimiento del gasto de los derrochones estadounidenses, que están abrumados por las deudas y desolados por los billones de dólares en pérdidas inmobiliarias y bursátiles. Sin un sustituto del poder adquisitivo estadounidense, cualquier renacimiento global será estéril, porque los Estados Unidos necesitan del crecimiento impulsado por la exportación y los demás países tienen que compensar de alguna forma las ventas perdidas en nuestro mercado.…  Seguir leyendo »

Nial Ferguson es un personaje poco corriente: académico respetado al tiempo que polemista de éxito. Ferguson, británico, ha enseñado en Oxford, en la Universidad de Nueva York y ahora Harvard. Ha escrito sobre la Primera Guerra Mundial, el Imperio Británico y los Rothschild (la dinastía bancaria más poderosa de Europa). Uno de los argumentos secundarios más intrigantes de la actual crisis económica es el fracaso de la mayor parte de los economistas a la hora de predecirla. Estamos inmersos en la crisis más espectacular desde la Gran Depresión, y el único colectivo que dedica la mayor parte de su horario laboral a analizar la economía no la vio venir.…  Seguir leyendo »

El amor ciego por Obama es la gran noticia de nuestro tiempo. ¿Ha disfrutado de una cobertura mediática tan favorable algún presidente en la Historia? Quizá Kennedy de forma pasajera; pero ningún otro desde entonces. En general, este enamoramiento no es sano para América. Nuestro sistema político funciona mejor cuando el presidente se enfrenta al escrutinio crítico de su gestión. En este caso, la vigilancia sobre Obama es modesta y proviene de los representantes del Partido Demócrata del Congreso, que en su mayor parte comparten sus fines, aunque no siempre sus medios. Los republicanos, carentes de dirección y confusos, no pueden ejercer una oposición eficaz.…  Seguir leyendo »

We are in a race between economic recovery and economic nationalism. At last week's Group of 20 summit, leading nations agreed to roughly $1 trillion of additional lending, mostly through the International Monetary Fund, to help end the worldwide slump. But beneath the veil of consensus, countries are maneuvering to protect their economies and blame someone else for the crisis. Will the world economic order overcome these stresses or give way to a global free-for-all, characterized by rampant protectionism and nationalistic subsidies and preferences?

Emblematic of the tension is a recent proposal by Zhou Xiaochuan, governor of the People's Bank of China (PBOC), to replace the dollar as the world's major international currency.…  Seguir leyendo »

Analizando en profundidad, el programa de estímulo económico de 787.000 millones de dólares de Obama es profundamente decepcionante.Durante semanas, el presidente ha descrito la situación económica en términos catastróficos. «Esta no es una recesión cualquiera -decía en su conferencia de prensa del 9 de febrero- es la peor crisis económica desde la Gran Depresión». Teniendo en cuenta estas dramáticas advertencias, sería de esperar que el paquete de estímulo se centrara casi en exclusiva en la reanimación de la economía. No lo hace, y de ello tiene una gran parte de culpa el propio Obama.

La defensa de un estímulo colosal -del que soy partidario- consiste en evitar una espiral económica bajista devastadora.…  Seguir leyendo »

Defendemos nuestros argumentos mediante analogías. El presidente de EEUU, Barack Obama, afirma que la historia de Japón ilustra la necesidad de su paquete de estímulo económico. Muy al contrario -afirman muchos dirigentes republicanos-, Japón es un claro ejemplo de que los planes de estímulo no funcionan. Hasta cierto punto, todos están en lo cierto. Pero los posibles paralelismos entre la experiencia de Japón y la de EEUU plantean la duda de si también los estadounidenses nos podríamos enfrentar a una década perdida.

¿Qué le pasó a Japón durante los años 90? No sufrió, como afirman algunos conservadores, una «depresión», ni una «gran recesión», en palabras de otros.…  Seguir leyendo »

Hace 12 años, James Grant, uno de los comentaristas más sagaces de Wall Street, escribió un libro titulado The Trouble With Prosperity [Los problemas de la prosperidad]. El repaso de Grant a la historia de las finanzas reflejaba su correosa teoría de la predestinación económica: si las cosas parecen marchar espléndidamente, se pondrán peor. El éxito inspira demasiada confianza y excesos. Si las cosas parecen ser poco prometedoras, se pondrán mejor. Las crisis generan oportunidades y progreso. Nuestros triunfos y nuestras locuras siguen un ritmo cuyo rumbo, aunque quepa influir en él, no puede corregirse.

Los buenos tiempos alimentan los malos y viceversa.…  Seguir leyendo »

Love it or hate it, the true cost of Treasury Secretary Hank Paulson's proposed rescue of the financial system is not the sticker price of $700 billion. Conceivably, the government could make money; with glum assumptions, the losses would probably be less than $250 billion. No one knows the correct answer -- not Paulson, not Federal Reserve Chairman Ben Bernanke nor anyone else -- but here's how to think about the problem.

Under Paulson's proposal, the Treasury could buy distressed mortgage-backed securities. Consider a batch of hypothetical securities originally worth $100 million and paying an interest rate of 6 percent. They're no longer worth $100 million because half of the homeowners have stopped making their monthly payments.…  Seguir leyendo »

It's doubtful that Princeton University economist Ben Bernanke and former Goldman Sachs CEO Hank Paulson imagined what awaited them when they took charge of the Fed and the Treasury, respectively, in 2006. Since then, they have put their agencies on a wartime footing, trying to avert the financial equivalent of an army's collapse. As in war, there have been repeated surprises. As in war, the responses have involved much improvisation -- for instance, the $85 billion rescue of American International Group. But last week their hastily built defenses seemed to be crumbling, so Paulson proposed a radical solution of having the government buy vast amounts of distressed debt to shore up the financial system.…  Seguir leyendo »

Wall Street as we know it is kaput. It is not just that Merrill Lynch agreed to be purchased by Bank of America or that the legendary investment bank Lehman Brothers filed for bankruptcy or that the insurance giant AIG is floundering. It is not even that these events followed the failure of the investment bank Bear Stearns or the government's takeover of Fannie Mae and Freddie Mac, the largest mortgage lenders. What's really happened is that Wall Street's business model has collapsed.

Greed and fear, which routinely govern financial markets, have seeded this global crisis. Just when it will end isn't clear.…  Seguir leyendo »

Obsessed with rankings, Americans are bound to see the Beijing Olympics as a metaphor for a larger and more troubling question. Will China overtake the United States as the world's biggest economy? Well, stop worrying. It almost certainly will.

China's economy is now only a fourth the size of the $14 trillion U.S. economy, but given plausible growth rates in both countries, China's output will exceed America's in the 2020s, Goldman Sachs forecasts. But this is the wrong worry. By itself, a richer China does not make America poorer. Indeed, because there are so many more Chinese than Americans, average Chinese living standards may lag behind ours indefinitely.…  Seguir leyendo »

We've been having the wrong discussion about globalization. For years, we've argued over whether this or that industry and its workers might suffer from imports and whether the social costs were worth the economic gains from foreign products, technologies and investments. By and large, the answer has been yes. But the harder questions, I think, lie elsewhere. Is an increasingly interconnected world economy basically stable? Or does it generate periodic crises that harm everyone and spawn international conflict?

These questions go to the core of a great puzzle: the yawning gap between the U.S. economy's actual performance (poor, but not horrific) and mass psychology (almost horrific).…  Seguir leyendo »