Un suicidio mediático
Algo no va cuando los dilemas morales de nuestro tiempo generan una discusión sustancial solo cuando el mundo mediático se ocupa de ellos. La cosa es así. Es lo que hay.
Hace pocos días, un presentador de televisión inglés, el señor Ray Gosling, fue detenido por la policía por haber confesado urbs et orbi –o sea, desde una televisión– haber puesto fin a la vida de su novio, enfermo terminal de sida, que sufría horriblemente, sin otro remedio que el del sueño final. El hecho de que ambos hubieran acordado que el uno ayudara a morir al otro en circunstancias agónicas no le eximía de que se aplicara la ley.… Seguir leyendo »