Santiago Alba Rico

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Cuando decimos que no es la naturaleza sino la historia o la cultura la que determinan nuestras vidas, creemos trasladarnos así del reino del determinismo biológico al de la libertad humana. Ahora bien, mucho me temo que la cultura y la historia dejan hoy a los individuos menos libertad que la naturaleza, de la que escapamos continuamente por distintas vías: tecnológicas, médicas, sociales, artísticas. Es más fácil, quiero decir, cambiar de sexo que de clase social, cambiar de nombre que de lengua, retrasar la muerte que aumentar las pensiones. Es más fácil huir de la enfermedad que de la propia época.…  Seguir leyendo »

Refutación de la unidad

Las armas las carga el diablo; las palabras el cuerpo. La maldición de Babel consistió en que, una vez derribada la Torre y derrotada la poderosa unidad que Yahvé temía, los humanos, porque hablaban desde sus cuerpos, se dispersaron con sus diferencias por el mundo, obligados desde entonces a traducirse los unos a los otros. Esa maldición es nuestra condición: la de criaturas analógicas que se parecen las unas a las otras, se aproximan, se malentienden, resuenan sin fundirse jamás, y cuyas relaciones —políticas, amorosas, literarias— son un permanente ejercicio de traducción. Esa es, digamos, la paradoja: puesto que nuestras palabras, al igual que nuestras pieles, son intraducibles, lo único que podemos hacer con ellas es justamente eso: intentar traducirlas sin cesar.…  Seguir leyendo »

En 1939, poco después de la invasión nazi de Polonia, la filósofa y militante Simone Weil respondía al estupor escandalizado de los europeos recordando que “Hitler estaba haciendo con Europa lo que Europa había hecho siempre con los otros pueblos”. Weil, judía de origen, cristiana de pensamiento, anarquista de convicción, luchó contra el fascismo en España y acabó dejándose morir en Inglaterra en solidaridad con las víctimas del nazismo a las que no podía ayudar. Representaba y sigue representando, sin duda, lo mejor de esos valores europeos que nos gusta nombrar en las grandes crisis y traicionar en las rutinas de gobierno.…  Seguir leyendo »

Ascetismo ideológico y lujuria tecnológica

Vivimos en un mundo extraño que combina del modo más inquietante el ascetismo ideológico y la lujuria tecnológica.

Vayamos por orden. El ascetismo ideológico tiene que ver con lo que el filósofo francés Olivier Roy llama “aplanamiento del mundo”, es decir, con la obsesión por la transparencia contractual, cuya consecuencia es el destierro de la ambigüedad y la penumbra de todos los ámbitos de la existencia, incluidas la sexualidad y la ficción, dos de los manantiales más poderosos de la cultura humana. A Marcel Proust (al que releo sin mala conciencia mientras el tecnofeudalismo hace jirones la democracia global) le molestaba mucho la dificultad de algunos críticos para abordar las obras en su autonomía narrativa, al margen de las virtudes o vicios de su autor.…  Seguir leyendo »

Viejos y jóvenes de la izquierda española

Cuando yo era joven, las cerezas eran más rojas, la nieve más blanca, los tomates más suculentos, la vida más lenta; había más invierno y menos avispas, menos contaminación y más solidaridad; la luna llena era más redonda y el hielo de la Antártida más espeso; éramos más respetuosos, más trabajadores, menos consumistas; leíamos más, nos rebelábamos mejor, peleábamos más nuestros derechos, éramos más de izquierdas.

Algunas de estas cosas son ciertas, otras no. Como envejecemos dentro de nuestros cuerpos, que son más bien romos, y llegamos siempre tarde a nuestros recuerdos, donde la lluvia no moja y las avispas no muerden, acabamos poblando a destiempo experiencias que en su momento fueron banales o incluso desagradables: ese rojo que no vi —porque no ver es lo propio de la conciencia— reaparece resplandeciente en mi memoria: qué roja era mi sangre, qué verde era mi valle.…  Seguir leyendo »

Su majestad la igualdad

Junto al filósofo Josep Ramoneda y el periodista Miguel Mora, me he sumado a la querella que nueve juristas de reconocido prestigio (entre ellos José Antonio Martín Pallín, Joaquín Urias y Javier Pérez Royo) han presentado contra el rey honorífico Juan Carlos de Borbón por un delito fiscal. Quien quiera conocer los detalles de la denuncia puede acudir, por ejemplo, a un reciente artículo del mencionado Joaquín Urias, donde se exponen también, con claridad y rigor, algunos de los motivos de la iniciativa, a los que yo querría añadir ahora una reflexión más general.

Confieso que no abrigo muchas esperanzas de que el exrey de España acabe respondiendo de sus triles financieros frente a un tribunal y mucho menos de que termine en la cárcel.…  Seguir leyendo »

Soldados israelíes han difundido decenas de vídeos en Tik Tok, como el de la imagen, burlándose de la destrucción en Gaza

Lo he intentado. Viendo ayer Gaza, el documental de Al Jazeera sobre el año ya transcurrido desde las matanzas de Hamás, me he dicho: voy a intentarlo. Voy a empatizar con los soldados israelíes; voy a empatizar con Shimon Zucherman y Yehuda Levinger, de la compañía C, batallón 8219, que fuman un narguile mientras se desmigajan los edificios a sus espaldas; o con el sargento Tameer Mulla y con Dror Zvi Ba y con Uriel Abuotvuol y con Kovi Margolis, que hacen añicos entre risas la vajilla de una casa destruida y desvalijada; o con Guy Mizrahi, que se fotografía, radiante de felicidad, robando dinero; o con Oren Shmuel, adicto a la dinamita, que celebra la voladura de un pueblo entero; o con los sargentos Blancovich y Vahstein, que se exhortan, mientras arde Shujaiya, a no dejar el menor rastro del barrio; o con Shalev Xinbar y Roee Ben Abu, que posan ante la cámara travestidos con la lencería íntima de las palestinas expulsadas de su hogar, quizás ya muertas; o con ese otro que confiesa sin empacho haber torturado a un detenido; o con la soldado que se burla en off del prisionero humillado que se ha orinado en el calzón; o con el que patea y arrastra por el suelo a un palestino desnudo y maniatado.…  Seguir leyendo »

“Me han acusado de no ser una mujer. Bien, lo confieso: no soy una mujer. Me han acusado de no ser negro ni homosexual ni pobre ni colonizado. Bien, lo confieso: soy hombre, heterosexual, blanco, de clase media, europeo. Dicho esto, confieso lo más obsceno: he sufrido”. Utilizo este texto del inclasificable Ciro Gonasti para recordar que en cualquier reino y en cualquier lugar, en el mejor de los mundos posibles, en Australia e incluso en el Paraíso, seguiremos sufriendo. Será bonito verlo. “Será bonito” quiere decir que será bonito habitar finalmente un mundo en el que se hayan desactivado el machismo, el racismo, las clases sociales.…  Seguir leyendo »

Gaza y Nagasaki

El pasado 15 de agosto se conmemoró en Tokio, como todos los años, la “rendición” del Japón en la Segunda Guerra Mundial. Naturalmente, los japoneses, que no dudan en mostrarse públicamente arrepentidos, no conmemoran la “rendición” sino que celebran la “paz”. Pues bien, este año la rutina solemne se ha visto alterada por la decisión de los países del G-7 y de la Unión Europea de no enviar a sus embajadores a la ceremonia previa, el 9 de agosto, en homenaje a las víctimas de Nagasaki; o, si se prefiere, por la decisión de los países occidentales de boicotear el acto.…  Seguir leyendo »

Hace unos días, Daniel Innerarity escribía una tribuna titulada Los reaccionarios, cuya tesis fundamental, muy sensata, es la de que “defender la democracia no pasa hoy por intensificar el combate entre la izquierda y la derecha, sino por acudir en ayuda de la derecha clásica, que no se está entendiendo correctamente a sí misma”. Esta frase desvela esa mitad que nuestro narcisismo tuerto a menudo no ve. Políticamente, es cierto, la crisis democrática tiene menos que ver con la deserción de una sedicente izquierda verdadera que con la ausencia de una derecha conservadora civilizada. Ahora bien, si los humanos repetimos la historia no es porque no nos la sepamos de memoria, sino porque no la vivimos.…  Seguir leyendo »

'Plaza partida', un grabado de Francisco de Goya sobre los toros.Sepia Times/ Universal Images/ Getty

Durante milenios, la lucha del hombre con la naturaleza se representó en el mundo mediterráneo a través de la lucha contra una de sus manifestaciones más vigorosas y temibles: los bisontes primero, los toros después. Distintas formas de tauromaquia, de Creta a España, dejaron sus huellas en el arte y en las costumbres. Esas exhibiciones escenográficas, que evolucionaron con el tiempo, constituían traslaciones teatrales de una batalla real; en ellas, claro, casi siempre ganaba el hombre, invirtiendo así la estadística que se imponía en la intemperie. Para poder subvertir la lógica del mundo (en la que el toro, más fuerte, solía vencer) y al mismo tiempo mantener a la vista esa tensión mortal, se establecieron reglas minuciosas de acercamiento a la bestia: amagos, piruetas, ademanes y trapos que iluminaban de manera simultánea la valentía del hombre y la amenaza del animal.…  Seguir leyendo »

Refutación del soberanismo

Nuestra última Guerra Civil enfrentó a los así llamados “nacionales” con los así llamados “republicanos”, nomenclatura fraudulenta que también determinó el curso del conflicto. En España esta oposición recubría, en efecto, un potente espejismo histórico: el término “nacional” se asociaba a la nación, lo natural, lo nativo, mientras que el de “republicano” parecía apelar a una opción ideológica extranjera e incluso intrusa. En el contexto de la época era quizás imposible sacudirse este esquema, pero hoy convendría explicar que en 1936, tras el golpe de Estado de Franco, se enfrentaron más bien los “nacionalistas” y los “españoles”: nacionalistas de vocación imperial que ocuparon desde África, con el apoyo del nacionalismo marroquí, su propio país; y pluriespañoles no siempre lúcidos que aspiraban, entre otras cosas, a una constitución federal democrática.…  Seguir leyendo »

Javier Milei, el 16 de noviembre cuando cerró en Córdoba su campaña a la presidencia argentina.Sebastián Salguero (Picture Alliance / Getty)

Dentro de la izquierda se desarrolla un intenso debate sobre el enigma del voto mayoritario a Javier Milei en Argentina, un anarcocapitalista que prefiere la mafia a las instituciones democráticas, que defiende la privatización de los ríos y que ha anunciado ya el desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas. ¿Milei está loco? Sí. Habla con su perro muerto, al que ha clonado, y vocifera blandiendo una motosierra con la que quiere serrar las patas del Estado. ¿Entonces sus votantes también lo están? No, y ese es justamente el problema. No pueden haberse vuelto locos de repente casi 15 millones de argentinos, entre los cuales hay jóvenes y viejos, mujeres y hombres, pobres y ricos, cultos e ignaros.…  Seguir leyendo »

¿A quién podemos besar?

Me preocupa mucho el neomachismo rampante incubado en discursos, instituciones y nuevas militancias, pero no me preocupa menos el tenor de algunas respuestas irreflexivas que le son, en realidad, muy funcionales. Leo con estupor unas declaraciones de Ángela Rodríguez, Pam, secretaria de Estado de Igualdad del Gobierno en funciones, en las que cuestiona la costumbre de saludar a las mujeres con dos besos, pues “forma parte de la cultura sexual en la que hemos crecido, de impunidad y de falta de consentimiento”, dice. Todos los avances vertiginosos del feminismo en las últimas décadas han tenido que ver con el hecho de que sus reivindicaciones coincidían con las de la sensatez humana: con la sensatez de la mayoría de las mujeres, sí, pero también con la de buena parte de los hombres: igualdad laboral y salarial, protagonismo político, libertad sexual y reproductiva.…  Seguir leyendo »

En sus Poesías del desamor (1934), Cesare Pavese incluyó un poema titulado El vino triste, en el que un hombre mal bebido vuelve solo a casa pensando en el trabajo que perdió y en las mujeres que abrazó en otro tiempo: “en sus venas calientes ardía la vida” y ahora “parece un ciego que ha perdido el camino”. Yo iré a votar así el 23-J: como si fuera al dentista a extraerme una muela, como si fuese a pagar una multa, como un viudo borracho que vuelve al hogar ahora vacío. Algunos locos defenderán el voto entusiasta, el convencido, el interesado, el cabreado; algunos más locos, la abstención.…  Seguir leyendo »

Según una encuesta realizada en enero de este año por el IFOP, el 55% de los estadounidenses y el 35% de los franceses creen en al menos una teoría de la conspiración, tendencia al alza entre los más jóvenes y los más conservadores. Por ejemplo: el 42% de los estadounidenses y el 33% de los franceses están convencidos de que el Gobierno de EE UU conocía de antemano, y no impidió, el atentado terrorista contra los Torres Gemelas; el 41% y el 23%, respectivamente, aseguran que el Apolo nunca llegó a la luna en 1969; el 41% y el 31% creen que Biden desencadenó la invasión de Ucrania para ocultar los negocios de su hijo y el 27% y el 20% que las matanzas de Bucha fueron una “puesta en escena” de los ucranios; un 40% de los estadounidenses y un 26% de los franceses cuestionan el triunfo electoral de Biden y estiman que el asalto al Capitolio fue amañado para desacreditar a los partidarios de Trump; el 42% y el 29% se declaran negacionistas climáticos e incluso un 18% y un 12% (¡seis millones de franceses!)…  Seguir leyendo »

Naturaleza y biología

Toda la polémica en torno a Ana Obregón y la “gestación subrogada” olvida un presupuesto muy banal: el de que solo es posible porque la ciencia ha separado la reproducción de la sexualidad, la reproducción de la maternidad y la reproducción de la vida, tres operaciones que la naturaleza parecía haber unido de manera indisoluble. Para tener un hijo, una mujer estaba obligada a mantener relaciones sexuales, gestar en su propio vientre un embrión y, por supuesto, estar viva. Hoy una persona muerta puede tener un hijo en otro cuerpo, cuyo vientre será considerado solo “gestante” y no ya “madre”. Más allá del contexto mercantil de este proceso, lo cierto es que la ciencia ha hecho posible desconectar instancias de cuya fusión ha dependido durante miles de años la reproducción material de la humanidad.…  Seguir leyendo »

No conozco personalmente a Yolanda Díaz ni formo parte de su equipo; e ignoro los detalles de su negociación con Podemos. Tengo apenas la convicción de que si mantuviéramos una conversación de —pongamos— 10 horas, durante las primeras cinco estaríamos de acuerdo en lo esencial. Luego, a partir de la sexta, vendrían probablemente los problemas, las diferencias, las disonancias. A muchos, en la izquierda, nos podría parecer que lo decisivo e innegociable sólo surge en la séptima o en la octava hora, pero la cuestión que me interesa, en todo caso, es esta: ¿cuánta gente cabría en esas primeras cinco horas?…  Seguir leyendo »

Hemos sabido que la Ley de Seguridad Ciudadana, alias ley mordaza, no será derogada ni revisada en esta legislatura.

A lo largo de mi vida he tenido amigos reposteros, peluqueros, ministros, maestros, jueces, empresarios, músicos, camareros, escritores reaccionarios y hasta médicos estalinistas. Lo confieso: me gustaría tener o haber tenido un amigo policía. No lo tengo. Item más: confieso que la policía me da miedo y que este miedo, todavía hoy, me convierte invariablemente en sospechoso en controles y aduanas. Se aducirá con razón que este miedo, y la renuencia a conocer y tratar policías, refleja el atavismo izquierdista de un sexagenario que tenía 15 años cuando murió el dictador Franco y cuya cabeza sigue poblada de cargas salvajes de los grises y relatos siniestros de comisaría.…  Seguir leyendo »

Hacer los deberes generacionales

En su obra de 1864 Mikrokosmus, muy citada por Walter Benjamin, el filósofo alemán Hermann Lotze razonaba contra la idea de progreso. Su argumento era doble. Por un lado, recordaba “todos los bienes culturales y aspectos genuinamente bellos de la vida que han desaparecido para siempre”, describiendo así una Historia retorcida y compuesta de “espirales” y “epicloides”, bañada en melancolía. El otro argumento era más incómodo: decía que aceptar la idea de Progreso era aceptar “la idea de que el trabajo de las generaciones pasadas solo sirve a las siguientes —y así hasta el infinito—, resultando irremediablemente inútil para ellas mismas”.…  Seguir leyendo »