Chisgarabís o ladrón de guante blanco
En una reciente tertulia entre amigos, una culta, elegante y discreta amiga madrileña, que escuchaba atenta los calificativos que se aplicaban a ciertos personajes de la vida política y económica, nos asombró a todos con un sorprendente juicio freudiano, exclamando “probablemente en su juventud era un perfecto chisgarabís”. El apelativo era sonoro, simpático y no cabía la menor duda de que correspondía a un mequetrefe, petimetre o zascandil.
El chisgarabís no es una especie social anecdótica sino un peligro real para la sociedad. Me explicaré: las generaciones de nuestra trágica e inmediata posguerra tenían claro que existía una diferencia fundamental entre vencedores y vencidos.… Seguir leyendo »