
Vigilar no es espiar
Sabemos que el arma más eficaz de la política es el lenguaje. Se hace política con las palabras, con la lengua. No sólo con la lengua, pero sin ella, nada. Imponer un término, dominar y controlar su significado, es imprescindible para ganar una batalla política. El que lo logra, gana; el que no, pierde. Un ejemplo de actualidad: nadie habla hoy de vigilancia o inteligencia, sino de espionaje. En la contienda, han ganado o están ganando los que han impuesto este término, dotándolo, además, de su significado más negativo: atropello antidemocrático, violación de la intimidad, abuso de poder, ultraje, atentado a la libertad...… Seguir leyendo »