Sergio Ramírez

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Un manifestante sostiene una bandera de Haití durante una protesta para exigir la renuncia del primer ministro Ariel Henry, el pasado 1 de marzo en Puerto Príncipe.Odelyn Joseph (AP)

Imaginemos un paisaje de desolación y ruina, como el que Corman McCarthy describe La carretera, o vemos en esas películas distópicas del día después. Pero no se trata de un escenario sin nombre, sino de un país real, Haití, que ha vivido un desastre continuado a lo largo de décadas, dictaduras militares, huracanes, terremotos, líderes mesiánicos, gobiernos fallidos, conspiraciones, asesinatos políticos, cofradías de narcotraficantes, oligarquías sordas y mudas; y hoy, 200 pandillas criminales que luchan por imponerse en los territorios, en guerra entre ellas, y contra el Estado.

Hay otros países de América Latina donde las bandas del crimen organizado, dueñas de verdaderos arsenales, controlan territorios que ponen bajo su soberanía, imponen candidatos en las elecciones, tienen en planilla a las autoridades civiles y a la policía, cobran impuestos a agricultores y comerciantes, asesinan periodistas, y erigen su propio sistema judicial en el que impera la pena de muerte.…  Seguir leyendo »

Imagen tomada de la cuenta de Instagram de SuperBigote, @superbigoteoficial.

La esposa entra en el despacho presidencial del palacio de Miraflores y le pregunta a su marido: “¿Qué estás haciendo, Nico?”. Y él, sin dejar de mover mecánicamente la mano que firma, responde, con mirada inspirada: “Estoy aprobando proyectos para beneficios del pueblo”. Un Tío Sam maligno, en su propio despacho, comenta con sonrisa diabólica, y dice: “No habrá beneficios para tu pueblo después de lo que tengo preparado”; y aprieta un botón para poner en marcha a Extremista, el monstruo de cinco cabezas.

Esto bastará para que el presidente Maduro, igual que lo hace Superman, se quite su ropa de diario y quede vestido con su colorido traje de superhéroe, rojo y azul, pantaloneta y capa incluidas, y se lance en raudo vuelo para enfrentar al monstruo que busca sembrar en las calles el caos y la destrucción, y lo venza con unos cuantos golpes de su puño de hierro.…  Seguir leyendo »

José Eustasio Rivera, en un retrato sin datar.Banco de la República

Una noche memorable de hace tiempo en Ciudad de México, que ya he referido alguna vez, ensayábamos durante la sobremesa de una larga cena en casa de José María Pérez Gay a recordar primeros párrafos de novelas, y Gabriel García Márquez empezó a recitar uno que todos coreamos, Carlos Fuentes, Álvaro Mutis, porque también lo sabíamos de memoria: “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar, y me lo ganó la violencia…”, tal como empieza La vorágine de José Eustasio Rivera, de cuya publicación se cumplen cien años.

Nacido en 1888 en el poblado de San Mateo en la región de Los Andes, que ahora se llama San Mateo-Rivera, justicia cívica para un escritor, Rivera era un abogado que trabajaba como funcionario en comisiones limítrofes, y eso le hizo conocer los territorios selváticos de la Amazonia, donde se desarrolla principalmente La vorágine.…  Seguir leyendo »

Una imagen de '1984', el filme de Michael Radford sobre la novela homónima de Orwell.

Tomamos a las novelas distópicas cual grandes parábolas de las sociedades tal como tememos que puedan llegar a ser, sometidas al dominio del Estado totalitario que se convierte en una máquina de control de las relaciones privadas, y aun de las conciencias.

Nuestro referente distópico más común es 1984, de George Orwell, donde la dictadura consigue la perfección de sus instrumentos de dominio, y el Gran Hermano, omnipresente líder supremo de Oceanía, nos vigila desde las pantallas. Se trata de un poder absoluto creador de una nueva realidad que puede ser borrada y vuelta a escribir de acuerdo a las necesidades de la ideología oficial.…  Seguir leyendo »

Guatemala: grandes esperanzas

El fiscal especial contra la impunidad, Rafael Curruchiche Cucul, originario del Petén, una de las zonas más pobres y olvidadas de Guatemala, es cachiquel. Una rareza en un país donde los indígenas no suelen acceder a los cargos públicos descollantes. Se supone que su función es perseguir los delitos vinculados a “cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad, estructuras criminales o personas individuales”, sean funcionarios públicos o particulares.

Pero desde que asumió el cargo en 2021, nombrado por la fiscal general Consuelo Porras, su cómplice y mentora, Curruchiche se ha convertido en todo lo contrario de lo que dicta su mandato; actúa más bien como fiel protector de quienes se amparan en “el pacto de corruptos” y gasta su celo en perseguir a quienes defienden el Estado de Derecho, empezando por su antecesor, Juan Francisco Sandoval, que investigaba por corrupción al presidente Alejandro Giammattei, obligado al exilio; y logró meter en la cárcel, bajo falsos cargos, al director de El Periódico, José Rubén Zamora.…  Seguir leyendo »

En los años de mi infancia las celebraciones de diciembre en Masatepe se agotaban con la Nochebuena, y aunque el pequeño árbol de Navidad de material sintético sobrevivía hasta pasado el fin de año en una esquina de la sala, los 31 de diciembre nos íbamos a la cama antes de la medianoche, y me despertaba al estallido de los cohetes que sonaban lejanos, viniendo de los barrios indígenas de Jalata, Nimboja y Veracruz, mientras el resto del pueblo permanecía en silencio, y a oscuras.

O es que, quizás, de alguna casa donde celebraban —pereque se llamaba entonces a las fiestas ruidosas— venía la música de un tocadiscos que una y otra vez tocaba la cumbia El año viejo, cantada por el vocalista tapatío Tony Camargo, “Ay, yo no olvido al año viejo/ Porque me ha dejao’ cosas muy buenas/ Mira/ Me dejó una chiva, una burra negra/ Una yegua blanca y una buena suegra…”, del colombiano Crescencio Salcedo, el campesino analfabeto que compuso otras joyas como “La múcura que está en el suelo…”, que fue a dar a la voz de Benny Moré, y “Se va el caimán, se va para Barranquilla…”, cantada por el inigualable bachiller José María Peñaranda, que elevó las vulgaridades de palabra a la categoría de arte, baste recordar su célebre Ópera del mondongo.…  Seguir leyendo »

"Fascinado, como si volviera al pasado, reconozco todo lo que mi padre vendía".Getty Images

Al lado de la carretera que lleva de Middelbury a Burlington en el estado de Vermont, muy cerca de la ribera oriental del lago Champlain, se encuentra el Museo de la Cultura Americana de Shelburne, donde hay una farmacia tradicional, y una tienda de abarrotes como la que tenía mi padre en mi pueblo natal de Masatepe.

En los estantes, mostradores y vitrinas, tanto de la farmacia como de la tienda del museo de Shelburne, se exhiben medicinas de patente, productos para la higiene personal, y artículos alimenticios y de uso cotidiano en sus envases originales, los mismos que estaban en el comercio en Estados Unidos, y en América Latina, al menos desde principios del siglo XX.…  Seguir leyendo »

Una manifestante sostiene un cartel en una protesta en la Ciudad de Guatemala el 3 de septiembre.ESTEBAN BIBA (EFE)

Bernardo Arévalo, un académico de tranquilo talante que se graduó como sociólogo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, y obtuvo su doctorado en Antropología Social en la Universidad de Utrecht , fue electo presidente de Guatemala el domingo 20 agosto de este año, y debe prestar juramento de su cargo el domingo 14 enero del año entrante. Un largo e inusual periodo de más de cuatro meses, propicio a la conspiración de que está siendo víctima, pues hay oscuras fuerzas concertadas para impedirle llegar a asumir el cargo que los electores le confiaron por una abrumadora mayoría de votos.

Que un académico que habla delante de los micrófonos como si se hallara en un aula de clases y no en una plaza pública, lejano a la demagogia y a los usuales actos de corrupción sea el nuevo presidente de Guatemala, si acaso el golpe de Estado continuo que le han montado termina fracasando, vendrá a resultar extraño.…  Seguir leyendo »

Un gallo pasea delante de un cadáver de un miembro de una pandilla en San Pedro Sula (Honduras), en septiembre de 2018.Goran Tomasevic (REUTERS)

El nombre científico del banano es musa paradisiaca. Una musa que se pudre si le faltan los cuidados adecuados, desde que el racimo es cortado de la mata, es transportada luego por barco en bodegas refrigeradas, y necesita de cámaras de maduración hasta que llega a los supermercados.

Sam Zemurray era un inmigrante judío de Besarabia que a los 18 años compraba en el puerto de Nueva Orleans los bananos que llegaban de Honduras pasados de madurez, para fabricar vinagre, y se le ocurrió que el mejor negocio estaría en cultivarlos. A los 21 años había hecho suficiente dinero como para comprar un vapor viejo en el que viajó a Honduras en 1910, y adquirió 20 kilómetros cuadrados de tierras junto al río Cuyamel.…  Seguir leyendo »

Estanterías con grabaciones de radionovelas antiguas en la Fonoteca Nacional de México.Teresa de Miguel

En los años cincuenta del siglo pasado, en un pueblo pequeño como el mío en Nicaragua, antes de la llegada de la televisión la radio lo era todo, y la familia se congregaba a horas rituales del día para escuchar los noticieros, las radionovelas y la música de moda alrededor del aparato de baquelita conectado a la antena en el techo de la casa. Se trataba de una experiencia colectiva, y las mismas voces de los locutores, actores y cantantes se escuchaban en todo el vecindario a alto volumen.

En la radio las voces lo eran todo. En “las páginas sonoras” de las radionovelas, como enunciaba el locutor que daba la entrada a cada capítulo entre los acordes del primer movimiento del Concierto para piano de Chaikovski, uno debía imaginar a los personajes, darles un rostro y una catadura; la heroína tenía una hermosa voz, y por eso mismo la suponíamos hermosa, y cruel y altiva, o bondadosa y sacrificada, según las tonalidades de esa voz, sin saber cómo era en lo físico la actriz que encarnaba al personaje.…  Seguir leyendo »

En estos días de tanto ruido y tantas voces que se alzan opuestas, sin escucharse unas a otras, cuando todos tomamos partido a muerte desde que ocurrieron los actos de odioso terrorismo ejecutadas por Hamás en contra de pobladores israelíes indefensos, seguidos, como respuesta, por el castigo indiscriminado y cruel en contra de la población civil de Gaza, trato de poner el oído en tierra y escuchar a los que nadie escucha, judíos y árabes que piensan que, pese a todo, el entendimiento y al convivencia deberían ser posibles y que la guerra, lejos de representar una salida, no es sino entrar de vuelta en el mismo túnel sin fin.…  Seguir leyendo »

Javier Milei en La Plata, el 12 de septiembre.Natacha Pisarenko (AP)

Esta historia puede comenzar con una escena de esas de folletín patético donde el padre desobligado, ausente siempre de la vida familiar, un rudo chófer de autobuses, maltrata al hijo al punto de levantarlo a golpes del sillón donde ve la televisión, y la madre, en lugar de ponerse del lado de su vástago humillado, se convierte en cómplice de esos maltratos.

Ya adulto, el personaje se ha convertido en un solitario empedernido. Llega a tener su primera novia a los 47 años, una cantante de cumbia algo avejentada a la que conoce por Instagram, Daniela Mori, cinco años mayor, y cuyo tema Endúlzame que soy café había sonado tiempo atrás en la radio.…  Seguir leyendo »

Andando desde la plaza de Santo Domingo por el dédalo de viejas calles de Madrid, allí donde se abren en horquilla la costanilla de Los Ángeles y la calle de las Veneras, que se prolonga en la calle de Trujillos hasta encontrarse con la calle de la Flora, la calle de Mario Vargas Llosa, alzando la vista encima del portón del número 4 de las Veneras hay una placa colocada hace tiempos por el ayuntamiento de Madrid, con un leyenda redactada por José García Nieto, donde se recuerda en letras de bronce que allí vivió en 1905 mi paisano Rubén Darío; y fue donde escribió el poema Salutación del Optimista, aquel que dice en sus versos, «en espíritus unidos, en espíritus y ansias y lengua…./la…  Seguir leyendo »

En una de las sesiones literarias del festival Centroamérica Cuenta que acabamos de cerrar en Madrid, escuché decir a alguno de los ponentes que muchos de nosotros vivíamos en el siglo XXI siendo del siglo XX, una de esas verdades que nos habitan sin alcanzar a reconocerlas. La brecha es enorme, y si acudimos a los conceptos de inmigrantes digitales y nativos digitales, el abismo nos parece aún más insalvable.

Yo, que ya nunca podré acomodar los dedos pulgares en el incómodo teclado de la pantalla del teléfono, y que, como no aprendí las tediosas reglas de los manuales de mecanografía sigo escribiendo con los índices, debo aceptarme como un homo analogicus que emigra, con temor y temblor, a la era digital, y busca vivir en ella.…  Seguir leyendo »

Miles de mujeres rodean con velas el Palacio de la Moneda en la vigilia de los 50 años del golpe de Estado.Javier Martín (EFE)

Cuando ocurrió el golpe de Estado contra Salvador Allende en septiembre de 1973, yo vivía en Berlín, becado como escritor por el programa de artistas residentes, y participé en la red que se organizó de manera espontánea para recibir y apoyar a los chilenos que llegaban exiliados a Europa. Entre ellos recuerdo particularmente a dos, porque nos hicimos amigos para siempre, Antonio Skármeta y Ariel Dorfman.

Antonio había ganado ya para entonces el premio Casa de las Américas en La Habana con su libro de cuentos Desnudo en el tejado, y Ariel era famoso por el libro escrito a dos manos con Armando Mattelart, Para leer al pato Donald, del que se habían hecho decenas de ediciones y traducciones.…  Seguir leyendo »

Protesta de estudiantes en la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua. Miguel Andrés

He visto la fotografía que circula en las redes del padre Adolfo López de la Fuente asomándose a la puerta de la casa comunal de los jesuitas, donde vivía en Managua. Ahora, a sus 98 años, lo han expulsado de allí. Aparece como yo lo recuerdo, junto a esa misma puerta, en su papel de portero voluntario de la casa Guadalupe, situada dentro de los predios de la Universidad Centroamericana. Tras la confiscación de la universidad, acusada de terrorismo, los expulsaron a todos bajo fuerza policial.

Venía a abrir la puerta, la pequeña cruz colgando del cuello de la guayabera gastada de tanto lavarla, la barba cana, los ojos alertas tras los gruesos lentes; sonreía al verme, y casi siempre callaba.…  Seguir leyendo »

En El otoño del patriarca, el dictador arquetípico de García Márquez, que no tiene nombre ni edad, asiste, oculto en el palco presidencial, a un recital de gala ofrecido por Rubén Darío y, embelesado ante la cascada sonora de los versos de Marcha triunfal, exclama: “¿Cómo es posible que este indio pueda escribir una cosa tan bella con la misma mano con la que se limpia el culo?”.

Esta escena imaginaria es una ocurrencia dentro de la novela, porque los tiranos que hemos padecido, y aún padecemos en América Latina en la era posmoderna, ni leen libros ni pierden el tiempo en recitales de poesía.…  Seguir leyendo »

Se busca describir con palabras inocentes lo que se desconoce. Hay mucho asombro en las mentes de los cronistas de Indias, que desde los vericuetos y espejismos de su mentalidad renacentista buscaban describir lo antes nunca visto, como cuando oímos a Gonzalo Fernández de Oviedo dar noticia de la naturaleza tan pródiga del nuevo mundo, como si se tratara del primer día de la creación, y así describe el cacao: “echan por fruto unas mazorcas verdes y alumbradas en parte de un color rojo, y son tan grandes como un palmo y menos, y gruesas como la muñeca del brazo, y menos y más en proporción de su grandeza…”.…  Seguir leyendo »

Los mayas creían que la historia era circular, sujeta a constantes ciclos de repetición, y la de Centroamérica da para creerlo.

Según se repetía la posición de las estrellas, se repetía la historia. Ahora mismo, parecen encontrase de nuevo en el lugar que tenían en el cielo hace 80 años, en 1943, cuando el istmo se hallaba sometido a crueles dictaduras que, a su vez, eran símiles de otras de más atrás: el general Ubico, que se peinaba con un mechón de pelo suelto sobre la frente para parecer a Napoleón, reinaba en Guatemala; el general Hernández Martínez, vegetariano que profesaba el espiritismo, en El Salvador; el general Carías, que utilizaba una silla eléctrica de voltaje suficiente para chamuscar a los prisioneros políticos, en Honduras; y el general Somoza, que metía a sus propios prisioneros en jaulas de su jardín zoológico, en Nicaragua.…  Seguir leyendo »

El escritor colombiano Gabriel García Márquez, el escritor de origen peruano Mario Vargas Llosa, el escritor y editor español Carlos Barral, el escritor argentino Julio Cortázar y el escritor y editor catalán Jose María Castellet en Barcelona en 1972.Album / Cesar Malet

Hay una serie de valores generalmente entendidos para definir a una generación literaria, entre ellos que las fechas de nacimiento de los escritores que la forman sean próximos; la convivencia personal; un hecho histórico contemporáneo frente al cual tomen una posición decisiva; y que frente al anquilosamiento de la generación que les antecede renueven de alguna manera la literatura, hasta llegar a crear un nuevo canon.

Si nos atuviéramos a la regla de las edades, la generación del boom no sería tal, dada la notable disparidad de edades entre dos de sus integrantes, pues entre Julio Cortázar, nacido en 1914, y Mario Vargas Llosa, nacido en 1936, hay más de veinte años de distancia.…  Seguir leyendo »