No basta con condenar las agresiones
En 2004 formé parte del gobierno que promulgó La leley orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Antes de la ley, las Administraciones Públicas y las Comunidades Autónomas tenían sus datos, pero no de una manera global capaz de visibilizar la gravedad de la situación, como recordaban las organizaciones de mujeres ante el intolerable número de víctimas. Solo en 2013 fueron 71.
De las consultas mantenidas con distintos profesionales, la queja unánime fue la falta de estructuras. Por ello, se crearon juzgados especializados, una fiscalía de violencia contra la mujer, unidades de violencia provinciales. El objeto de la ley se centró en los delitos cometidos dentro de las relaciones sentimentales, al entender que en ellas se reproducen situaciones de indefensión, especialmente cuando alguien pretende ejercer el poder en nombre del amor, disciplinando aptitudes que reclamen un mayor grado de autonomía personal, lo que se interpreta como una severa deslealtad a la pareja.… Seguir leyendo »