
Una ley bienvenida
La Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual gira en torno a dos ejes fundamentales: la necesidad de que concurra el consentimiento afirmativo para que el contacto sexual se considere legítimo y la desaparición de la distinción entre abuso y agresión sexual. Su análisis exige una perspectiva de género, lo que implica saber que la violencia sexual afecta mayoritariamente a mujeres y a niñas, y que el agresor es de forma mayoritaria un hombre —el 85% de las víctimas que se registraron en 2019 fueron mujeres o niñas, y el 97% de los presuntos autores fueron hombres—, y que nuestra sexualidad está marcada por una serie de estereotipos y prejuicios que coloca a las víctimas de esa violencia en una situación de especial vulnerabilidad y de mayor riesgo de revictimización.… Seguir leyendo »