Una reestructuración necesaria
La crisis financiera estadounidense ha entrado este otoño en su segundo año, y lo ha hecho bajo el signo del agravamiento. A pesar de las duras medidas adoptadas, entre ellas un proyecto de rescate de entidades financieras, la crisis está empujando a Estados Unidos a una recesión más profunda y prolongada, con consecuencias negativas para el crecimiento en todo el mundo. Por desgracia, los problemas económicos de EE. UU. no tienen solución rápida, y los encargados de diseñar las políticas globales deben darse cuenta de que el consumidor de EE. UU. ya no es el último recurso de la demanda.
En estos momentos, el origen de la crisis ya es bien conocido: el crédito fluyó con demasiada facilidad a los consumidores estadounidenses a través de la concesión de hipotecas, alimentando una burbuja que disparó los precios de la vivienda hasta alturas desmesuradas.… Seguir leyendo »