Esperando a Cambó
Esperando a Godot es tal vez la obra más desolada del repertorio de Samuel Beckett. La impresión que causa su lectura o su representación es inolvidable. Los personajes no hacen nada: esperan a Godot –que no ha de venir, que quizá no existe– en el cruce de unos caminos que no llevan a parte alguna. Cuanto dicen es incoherente: «¿Y si nos arrepintiéramos?» «¿Y si nos ahorcásemos?» Su estupor existencial evoca el de buena parte de nuestra clase política, empeñada en extender todo tipo de alfombras para facilitar el Segundo Advenimiento del 'catalanismo razonable': esperan a Cambó.
El problema de esa fe nihilista es que no solo induce la frustración de quienes la profesan, sino que produce desperfectos de difícil reparación en nuestro sistema político, y eso también nos afecta a los agnósticos.… Seguir leyendo »