Vicente Rodrigo

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2016 ha sido un mal año para la prensa, las élites y los centros de poder global. Parece que han perdido, de un plumazo, gran parte de su capacidad de influencia sobre una sociedad emancipada, ávida de caos y desconfiada del orden institucional predominante hasta ahora.

Mientras las sociedades evolucionan y el sistema muta, algunas instituciones –especialmente a las que más bienestar y progreso debemos los europeos– se van quedando atrás y renuncian a encontrar soluciones innovadoras. Se han plantado así, agrietadas y estancas, frente a la reacción ciudadana a la contra. Esta reacción no es un acto subversivo en sí mismo sino el resultado de un proceso de comunicación que no funciona: quizá las reacciones humanas que han dejado perplejos a los científicos sociales tengan mucho que ver con la evolución de unos códigos de comunicación y comportamiento democrático.…  Seguir leyendo »

Atención, que empezamos con un lugar común: Europa no comunica bien. Ah, y los medios tienen la culpa. No se fijan, no se interesan, no se mueven. Además, a la gente, en realidad, le da igual. Están todos demasiado ocupados con sus cosas. Si es que es eso. ¿Europa? Nadie sabe nada… porque nadie lo cuenta.

El link entre instituciones y ciudadanía está roto. Está roto a nivel municipal, autonómico, nacional y —cómo no— europeo. Los canales están gastados, erosionados por el descontento y la desafección. Lo fácil es el victimismo: la culpa es de los medios de comunicación. Pero, además de tremendamente ineficaz, el victimismo no es justo del todo; al final los medios van a remolque de la sociedad.…  Seguir leyendo »

Hay muchos europeos jóvenes que se han beneficiado enormemente del proyecto europeo. Y, sin embargo, apenas oímos su voz en Europa. (…) Venga, enfádate. Repréndeme. Pero cambia Europa. Lo necesita.
Timothy Garton Ash

El pasado 15 de diciembre nos encontrábamos con el mensaje que Garton Ash lanzaba en la Cuarta Página de EL PAÍS: que la generación Erasmus defienda Europa. Nos parecía casi una provocación. Como ellos ya no están en condiciones de hacerlo, el autor nos pasa la patata caliente a nosotros. No resulta fácil, sin embargo, ser joven y defender una Unión Europea cuyos principales logros sin duda admiramos, pero que parece no entender la realidad de los tiempos en los que vivimos.…  Seguir leyendo »