Víctor Pérez-Díaz

Este archivo solo abarca los artículos del autor incorporados a este sitio a partir del 1 de diciembre de 2006. Para fechas anteriores realice una búsqueda entrecomillando su nombre.

La educación cívica puede frenar la belicosidad partidista

Una educación cívica desde abajo, usando de los muchos recursos de sociabilidad y sentido común de los ciudadanos, puede ser la clave no sólo para que estos eduquen a sus políticos, sino para que se autoeduquen, y propiciar así el desarrollo de un modo civil de hacer política.

Los ciudadanos, incluyendo la parte de la ciudadanía organizada en forma de sociedad civil, pueden hacer mucho a favor de un modo civil de hacer política si mantienen su lucidez y su equilibrio, evitando caer en los extremos de la sumisión habitual y la ira ocasional, la consiguiente confusión mental y, en último término, su acatamiento a la vanguardia o liderazgo correspondientes.…  Seguir leyendo »

Obstáculos a un modo civil de hacer política

Al acercarnos al momento de votar conviene pensar en el corto pero también en el medio y largo plazo: en el rumbo que pueda tomar el país, y en lo que se puede hacer para que ese rumbo sea el de una sociedad libre, justa y razonable. Esto requiere algo más que el voto de la soberanía instantánea, la de los 30 segundos que se tardan en introducir la papeleta en la urna. Requiere una ciudadanía perseverante, con una mayoría social de gentes capaces de escucharse unas a otras y así aprender de la experiencia; conscientes de sus defectos, pero atentas a algunas tendencias de sus políticos a poner obstáculos al desarrollo de un modo civil de hacer política, razonable y pacífico, sin el cual tal aprendizaje es imposible.…  Seguir leyendo »

El riesgo de prolongar la guerra

Hay, por ahora, un consenso europeo bastante amplio en que la invasión rusa de Ucrania requiere una respuesta de Europa (en tanto que Unión Europea y en tanto que países europeos miembros de una OTAN liderada de facto por los Estados Unidos). Una respuesta de apoyo a Ucrania, que restaure las fronteras anteriores a la invasión y respete, y haga respetar, las reglas básicas del derecho internacional; conjurando el peligro mayor que se deriva del uso del aparato militar por parte de un Estado (en este caso, Rusia) para dirimir contenciosos políticos con sus vecinos. Pero para que su respuesta sea eficaz, Europa debe tener en cuenta los riesgos que asume y las capacidades estratégicas de las que dispone.…  Seguir leyendo »

En estos tiempos tan innovadores de nuestro siglo XXI, la novedad del momento es una pandemia que pone en cuestión la capacidad de nuestras sociedades democráticas avanzadas para prever el futuro y controlarlo. La sociedad siempre ha sabido de sus límites: al fin y al cabo está compuesta por supervivientes transitorios. Pero la sociedad moderna tiende a disimularse ese saber. Hoy lo intenta de muchas maneras, incluida la de proyectarse hacia los espacios extraterrestres; y algunos sueñan incluso con hacerse en ellos un habitáculo, el equivalente al trastero de un apartamento de Manhattan de unos pocos metros cúbicos, a recorrer en estado de ingravidez.…  Seguir leyendo »

Identidades complejas y nacionalismos

Tendemos a simplificar las cosas y, metidos en pelea, a simplificar todavía más. Los buenos y los malos; la victoria de unos, la derrota de otros. Pero si estamos en un forcejeo que ya ha durado, y va a durar, siglos, será mejor corregir la tendencia. Reservarnos un espacio de reflexión un poco alejado del campo de batalla para abarcar sus muchas peripecias; atender a nuestros sentimientos y a los de aquellos que combatimos pero con quienes habrá que seguir viviendo, en la propia casa o la de al lado, y con paredes de cristal. Esto se aplica al proceso de hacer Europa, con todos sus pueblos y naciones, y al de hacer España.…  Seguir leyendo »

Un proyecto 'proustiano' para Europa

Avanzaremos en el esclarecimiento de la situación confusa en la que nos encontramos los europeos (y los españoles) si, tratando de entender mejor lo que queremos y podemos, miramos con más cuidado lo que ya somos, como resultado de lo que nos hemos hecho ser a lo largo de un camino muy largo y muy dramático; que no comenzó con el fin de la Segunda Gran Guerra ni con la Revolución francesa, o la americana (ni, para los españoles, con la Transición). Para ello conviene acertar en la manera (y el contenido) de recordar, comenzando cada uno, cada país, consigo mismo; y, al hacerlo así, darnos cuenta de que cada nación (o supranación en su caso) solo puede afirmar su identidad si asume su responsabilidad por los muchos actos que, a lo largo del tiempo, han contribuido a hacerla lo que es.…  Seguir leyendo »

Europa tiene un déficit de narrativa y de estrategia, y, en definitiva, de agencia. No está todavía en el mundo como un agente político coordinado con suficiente legitimidad de origen (que supone la presencia decisiva de un demos) y legitimidad sustantiva (que implica la solución efectiva de problemas mayores). Con ese déficit se enfrenta hoy al reto de una situación turbulenta que viene de tiempo atrás y que se prolonga. Colmar el déficit de agencia y manejar la situación requieren entender que la identidad de Europa (su ser) y su política (su hacer) dependen no tanto de factores externos cuanto de la estrategia y el imaginario de ciudadanos y políticos en interacción con el conjunto de su sistema institucional (democracia, economía de mercado, sociedad civil) y su trasfondo cultural.…  Seguir leyendo »

Los antiguos decían que en tiempos de turbación conviene no hacer mudanza. Pero, para muchos modernos hoy, parece que lo mejor es llevar las cosas al extremo, forzarlas, para que el cambio sea realmente disruptivo y los humanos tengan que adaptarse a él, obedientes que ignoran su obediencia, y se creen rebeldes, y que se reinventan. Por ejemplo, en la vida política, se trata de que Cataluña se independice; que Europa se integre de una vez, pronto y claro; que se lleve al límite la gran guerra cultural entre los globalistas y los nacionalistas, con un triunfo definitivo de unos sobre otros.…  Seguir leyendo »

Tomando deseos por realidades

Todos tendemos a tomar nuestros deseos por realidades. Ya lo hacíamos de pequeños, por aquello de creer en la omnipotencia de los deseos. (¡Y es tan difícil renunciar a la infancia!). Además, tampoco es cosa de hacerlo del todo. Algunos piensan que en la capacidad de los niños para organizar sus juegos está incluso la clave del éxito de la ciudad de los mayores. Siempre, claro está, que cultiven el arte de respetar y ser respetados.

Pero qué duda cabe que, ya en la edad adulta, conviene discernir entre los tiempos cuando toca ser niños, y cuando toca no serlo. Cuándo y cómo.…  Seguir leyendo »

Afinidades electivas: nos tenemos a nosotros

A veces los políticos aciertan en sus expresiones. De uno de ellos (francés, procedente de la sociedad civil, Nicolas Hulot) escuché hace unos días estas palabras: "La esperanza es una locura necesaria". Desafía las meras expectativas razonables prendidas de la inercia de las cosas, y se atreve a lo imposible, como (casi) ocurría en las "afinidades electivas" de Goethe. Bajando de la novela a las prosaicas aguas turbias de la política, las palabras en el caso actual reflejan la situación de un ecologista que cambia de pareja política, entra en un gobierno inédito y se prepara para lidiar con el tema de la energía nuclear.…  Seguir leyendo »

El sueño de la razón produce monstruos

Un cuarto de siglo después del colapso del totalitarismo soviético y de que algunos anunciaran el fin de la historia y un nuevo orden mundial, en el sancta sanctorum de ese orden, Occidente, se ha producido una crisis profunda de dos de sus instituciones claves, la democracia y el capitalismo. Como si, en lugar de asistir al fin de la historia, lo hiciéramos a una nueva fase, una más, de un proceso interminable que alternara y mezclara luces y sombras.

La crisis política y económica supone una fractura social. En España se combina con un grave riesgo de fractura territorial; en Europa, con un entramado institucional sin encajar; en Estados Unidos, con una sensación de pérdida de rumbo.…  Seguir leyendo »

Si el desprecio de los políticos fuera la clave de la solución de los problemas de este país, hace tiempo que estarían resueltos. La realidad es más bien la contraria. Ese desprecio es un mal signo; y sugiere que no entendemos por lo menos la mitad del problema. Quizá en lugar de usar tanto la ventana para mirar a los demás deberíamos usar un espejo, asomarnos a él, y mirarnos a nosotros.

Lo cierto es que, porque no sabemos resolver los problemas de los asuntos públicos entre todos, ni siquiera debatirlos razonablemente, es por lo que los españoles no comenzamos por lo más básico.…  Seguir leyendo »

La educación superior europea se encuentra hoy en un estado de profunda incertidumbre. ¿Cuál debería ser su énfasis principal: la investigación, la formación profesional o la inclusión social? ¿Deberían los gobiernos destinar más fondos a las universidades para apuntalar el crecimiento económico de largo plazo? ¿Se debería dejar que compitan solas y sobrevivan (o no) en un mercado educativo global?

Los debates sobre su papel en el futuro no deben hacer que las universidades europeas pierdan de vista su identidad individual, sus tradiciones y su sentido social. No será fácil, porque los administradores universitarios enfrentan presiones desde arriba (las instituciones europeas y sus gobiernos nacionales) y de sus propios investigadores, académicos y estudiantes.…  Seguir leyendo »

España está en medio de una crisis económica muy grave, en estado agudo. En estos meses intentará salir del estado agudo, para quedarse simplemente en la situación de extrema gravedad. También debe prepararse para una crisis de confianza entre políticos y ciudadanos y para una crisis del sistema autonómico. La mejor preparación sería un amplio debate público, desarrollado en multitud de foros, incluido el de internet, pero también el de unas circunscripciones electorales renovadas, donde los políticos dieran cuenta de sus actos a sus electores directos y afinaran el oído para escucharles de manera personal y continua. Debería ser un debate protagonizado por los ciudadanos, más que por los políticos y los medios de comunicación, y llevado adelante en clave de razones y respetos mutuos, y no de gritos y eslóganes.…  Seguir leyendo »

En el arranque del Infierno Virgilio señala a Dante unos condenados que lo son, no por pecadores notorios, sino por simples egoístas. No fueron, dice el poeta, ni fieles ni rebeldes a Dios; ma per sé foro. Fueron a lo suyo. Y el desprecio de Virgilio por ellos es tal que ni siquiera les cree merecedores de sus propias palabras de condena, recomendando a Dante un mero ma guarda e passa. Mírales y sigue tu camino.

Los responsables de la crisis extraordinaria del capitalismo de hoy no son responsables de un terror totalitario o una explosión de violencia. No son, en ese sentido, pecadores notorios.…  Seguir leyendo »

Hace unos 20 años iniciamos una senda de estudios de sociología de la educación de la que ha resultado una amplia colección de libros, patrocinados por la Fundación Santillana, Funcas y otras instituciones, públicas o privadas. En todos los casos, nosotros somos los responsables, y no nuestros patrocinadores, de las afirmaciones vertidas en sus páginas, que creemos ajustadas a la razón y a los hechos, y que estamos dispuestos a rectificar, por supuesto, a la vista de mejores razones y datos, siempre buscando un diálogo constructivo y ecuánime, sabiendo que nuestro diagnóstico y nuestro enfoque son, como todos, discutibles. El diagnóstico de estos estudios ha solido ser bastante crítico con los resultados educativos del país, y su orientación general ha sido bastante nítida, caracterizándose por reconocer la importancia de los factores económicos y políticos, pero, sobre todo, por enfatizar la relevancia del diseño institucional y de la cultura de los agentes educativos a la hora de proporcionar a los españoles una buena educación.…  Seguir leyendo »

En condiciones normales, las gentes tienden a seleccionar los papeles sociales más adecuados para sus talentos y gravitan hacia aquel medio que recompensa sus inclinaciones. Cuando se encuentran en un medio desfavorable, la solución más simple es escaparse de él. Otra solución es dedicar una parte de su energía a defenderse del medio y otra, a transformarlo. Esta es una apuesta ingrata y arriesgada, pero puede ser inevitable cuando ese medio corre el peligro de autodestruirse.

La España de hoy no facilita el desarrollo de los talentos de mucha gente, por ejemplo, de los parados, los jóvenes aparcados en trabajos de poca calidad o los mayores arrinconados antes de tiempo.…  Seguir leyendo »

La crisis actual va a afectar a la sociedad española de un modo tan profundo y duradero que no puede por menos que suscitar esperanza. La crisis puede traernos una repetición de aquella experiencia de 13 años de los ochenta a mediados de los noventa, con su media de 18% de tasa de paro y su agitada retórica del cambio. También puede situar a España en una larga senda de crecimiento insuficiente, proporcionado al modesto nivel (logrado tras 30 años de turnos de izquierdas y derechas) de su competitividad, su innovación tecnológica, su educación superior, su unidad interna y su influencia geoestratégica.…  Seguir leyendo »

En política, unas veces caen las gentes en el autoengaño por interés, y otras por ofuscación. Casi es mejor que sea por lo primero que por lo segundo. Porque si es por ofuscación, es probable que, dejándose llevar por las emociones, persistan en su error. En cambio, si es por interés, es posible que, si la situación cambia, rectifiquen su juicio, aunque tarde. Por eso conviene que en el electorado haya un porcentaje significativo de ciudadanos independientes que, sin identificarse con un partido ni sentir hostilidad hacia el otro, les juzguen en cada ocasión por lo que ofrecen, y, atendiendo al interés del país y al suyo propio, alternen su voto.…  Seguir leyendo »

Dionisio Ridruejo, cuyo Escrito en España (1962 y 1964) acaba de reeditarse (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, edición de Jordi Gracia) por tercera vez, no es un mero testigo de su época, la de los años treinta a los setenta, sino un testigo de hoy. Testigo incómodo ahora, como lo fue entonces. Su voz clara y razonable contrasta con las voces hechas a eslóganes y latiguillos; su moderación choca con los excesos verbales de los energúmenos; su generosidad, con las insidias y las envidias cainitas, y su coherencia, con un desorden oportunista y discreto que comienza por disimular el pasado.…  Seguir leyendo »