El Reino Unido ha acogido una importante conferencia internacional sobre Somalia, a la que asistieron jefes de Estado y altos representantes de más de 50 países y organizaciones, entre los que se encontraban el secretario general de Naciones Unidas, Ban-Ki Moon; la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hilary Clinton; el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García Margallo, y una amplia delegación de líderes somalíes. Juntos, acordamos que es el momento justo para poner en marcha una serie de medidas prácticas para ayudar a Somalia a recuperarse y encarrilar su situación.
En primer lugar, establecimos que el gobierno de transición de Somalia no puede continuar prorrogándose, poniendo como fecha límite el mes de agosto. El pueblo somalí tiene que tomar una decisión respecto a la forma que adoptarán sus futuras instituciones públicas, por lo que hicimos hincapié en que el proceso político ha de ser inclusivo y representativo. También estuvimos de acuerdo en que el proceso político ha de permanecer abierto para aquellos que estén dispuestos a rechazar la violencia, incluso aquéllos que en estos momentos se encuentren en zonas bajo el control de Al Shabaab.
También tomamos medidas sobre la decisión de los jefes de Estado africanos de crear un órgano de gestión financiera conjunto para mejorar la gestión de las finanzas públicas. Nuestro objetivo es el de implementar unos mecanismos para reducir la corrupción, reconstruir la confianza y asegurarnos de que los fondos somalíes y de los donantes se invierten de forma apropiada y transparente en el suministro de servicios para el pueblo somalí.
Respecto a la piratería, el Gobierno británico y las Seychelles establecerán un nuevo centro anti-piratería con la ayuda de otros socios y cuyo objetivo será procesar a los líderes, negociadores aleatorios y otros intermediarios, para así romper el ciclo del negocio de la piratería. Además, algunas naciones cerraron acuerdos para facilitar tanto el procesamiento de los piratas sospechosos en la misma región como su posterior traslado a las prisiones somalíes.
Crear estabilidad es esencial para lograr el progreso político. Por este motivo, la comunidad internacional ha acordado que ayudará a AMISOM (las tropas de la Unión Africana) a alcanzar Mogadiscio, desde donde podrá continuar combatiendo el desafío planteado por Al Shabaab en estos momentos. Una nueva resolución de Naciones Unidas ha aprobado el incremento de las tropas, de 12.000 a 17.731, así como un nuevo paquete de equipamiento.
También hemos tomado medidas para ayudar a aquellas regiones de Somalia que muestran cierta estabilidad, acordando una serie de principios para proporcionar ayuda y estableciendo un nuevo fondo para resolver disputas a nivel local, suministrar empleo y los servicios básicos que son necesarios para las personas a nivel local, así como para respaldar el desarrollo de las autoridades locales. El Gobierno británico anunció que haría una aportación de 15 millones de libras esterlinas, y varios países más continuaron en esta línea.
En la conferencia también se abordó el reto del terrorismo, amenaza que sufre el pueblo somalí, la región y el mundo en general, dándole prioridad a la necesidad de alterar el trayecto desde y hasta Somalia por parte de los terroristas, así como de trastocar sus finanzas. También daremos nuestro apoyo al sistema judicial penal somalí.
Somalia ha sufrido una hambruna horrible durante el último año. En la conferencia también se ha subrayado la necesidad de encontrar donantes de todo el mundo que continúen contribuyendo de forma generosa a la crisis y que puedan proporcionar ayuda sobre la base de dicha necesidad únicamente. A pesar del anuncio por parte de Naciones Unidas, recibido con gran acogida, de que las condiciones de la hambruna en Somalia ya han tocado fondo, la situación humanitaria continúa siendo de una profunda preocupación: 2,34 millones de personas siguen estando afectadas.
Todas estas medidas juntas representan el intento de cambiar la dinámica en Somalia, para que pase de ser un declive inexorable a una situación en la que la estabilidad y la seguridad aumenten de forma gradual. No debemos hacernos ilusiones respecto al tiempo que nos va a llevar el conseguirlo y nuestro enfoque ha de ser realista y sobrio. La situación en Somalia no va a dar un cambio radical tras una conferencia, y su futuro está en última instancia en manos de los propios somalíes. No obstante, los somalíes no pueden conseguirlo por sí solos; por eso, organizamos esta conferencia, para impulsar la ayuda internacional a Somalia y para enviarle una señal al pueblo de Somalia de que cuenta con nuestro apoyo. Y también para recordarles a todos aquellos que quieran importar y perpetuar la violencia en la zona de forma intencionada que no deben subestimar nuestra determinación.
Por William Hague, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido.