Batasuna existe

Los resultados electorales muestran la evidencia de que Batasuna sigue, viva y coleando con fuerza, en la geografía política de la comunidad autónoma vasca (CAV) aunque notoriamente menos en Navarra. Con más de una inexactitud, esta es la lectura que se podía leer ayer en Gara, de la pluma de su primer analista político, Iñaki Iriondo: "Cuatro años de ilegalización, cuatro años con las sedes cerradas. Catorce meses de proceso que PSOE y PNV han planteado como un desgaste de la izquierda aberzale. Candidaturas anuladas por doquier. Una campaña sin posibilidad de hablar de municipios y herrialdes. Y, pese a todo, la izquierda aberzale crece notablemente". La noche electoral era de euforia en las filas de la izquierda aberzale (que se habían concentrado en Pamplona), y Arnaldo Otegi señaló que habían obtenido "unos resultados históricos, superando incluso a los de Euskal Herritarrok", lo que está lejos de ser exacto.

Un dato importante a tener en cuenta es que ANV ha podido concurrir en 40 de los 62 municipios en los que gobernó Batasuna cuando era una fuerza legal, esto es, en dos de cada tres municipios, mientras que solamente ha podido hacerlo en 72 de los 185 en los que no gobernaba, esto es, algo menos de cuatro de cada diez municipios, entre los que están, ciertamente, las localidades más numerosas, con la importante excepción de Pamplona. Dado que las otras dos tentativas de HB de estar presente en las urnas estaban manifiesta y voluntariamente preparadas para ser ilegalizadas, es difícil no pensar en el doble juego de HB: estar presente con listas limpias en algunos lugares donde tiene probabilidades de salir bien parada e incluso gobernar, y, a su vez, protestar por no haber podido concurrir en todos los municipios, escapando así al veredicto de la urnas. De este modo, se hace prácticamente imposible controlar cuál es su peso real en unas elecciones si no se hubiera presentado como víctima y hubiera tenido que argüir cuáles eran sus proyectos concretos para la sociedad vasca. Todo el tinglado de las listas ha tenido como consecuencia que se haya focalizado la campaña en la posibilidad de que se pudiera presentar Batasuna y no en discutir sus proyectos políticos.

La consecuencia de esta política (aunque peor habría sido que no se hubieran podido presentar en nin- gún lado) es que, ahora, por ejemplo, en las cuatro localidades de Guipúzcoa donde, habiendo gobernado con anterioridad, los aberzales han podido presentarse como ANV (Arrasate--Mondragón, Hernani, Oiartzun y Pasaia) han vuelto a ganar, aunque con menos votos absolutos y porcentuales que cuando se presentaban como Euskal Herritarrok, en contra de lo que dice Otegi. Algo similar cabe decir, por ejemplo, de Alsasua, y no digamos de Pamplona, donde, dato extremadamente importante, Na-Bai multiplica por cuatro los votos de ANV.

Pero vayamos a lo esencial: Batasuna está presente en las instituciones sin haber dejado nunca de estarlo en la sociedad. El hecho es que la estrategia les ha salido bien. Pueden --desde su perspectiva-- deslegitimar el resto de formaciones políticas por pucherazo, como no se privaron de manifestar en la jornada electoral. Pueden colocar a 337 electos en la CAV y 100 más en Navarra. Pueden apuntarse, según su lectura de los votos nulos, otros 258 en la CAV y 24 en Navarra, y luego editorializar diciendo que "el proceso sale reforzado". En otras palabras: "Aquí estamos nosotros, guste o no, y somos nosotros los que hacemos lo necesario para que la paz pueda venir a Euskadi". Pero no deja de ser sangrante que los violentos salgan de una confrontación electoral pavoneándose de ser los pacificadores.

Del resto de la jornada electoral, telegráficamente, resaltaría esto: el varapalo al PNV en Guipúzcoa y, aunque en menor medida, también en Álava. ¿Significará que la línea Imaz se impondrá a la de Egibar? ¡Ojalá! El PSOE saca excelentes resultados (especialmente Elorza en San Sebastián), pero, ¡cuidado!, no suma más votantes, y mucha gente del PNV y EA, sobre todo en Guipúzcoa, se ha quedado en casa. El PP aguanta en Álava, EA en Guipúzcoa y la coalición Aralar-IU queda por debajo de sus expectativas. Yo veo menos vuelcos de los que leo en otros comentaristas.

Pero hay algo que trasciende la jornada electoral. Una vez más no sabemos qué va a hacer ETA. Es evidente que ha decidido actuar a través de la kale borroka, y con la violencia de persecución, como muy justamente denomina Gesto por la Paz al hostigamiento a los cargos electos y a las personas que se someten al veredicto de las urnas. También mediante el chantaje a los empresarios. Todo esto no es gratuito y espontáneo.

Por eso, hoy más que nunca, quiero decir que no hay que cejar en todos los medios legítimos con el objetivo final de acabar con ETA. Todos. Medios policiales y judiciales sí (el sitio de todo terrorista es la cárcel), pero diálogo, toma de contactos o como se le quiera denominar, con ETA y sus aledaños, también. Hoy más que nunca sostengo que, precisamente porque hay violencia, la constancia y la inteligencia son imprescindibles. Y, por favor, quienes piensen en precios políticos, quédense tranquilos. Los vascos ya somos mayorcitos para dejarnos engatusar por ETA. Miren los datos de Navarra.

Javier Elzo, catedrático de Sociología en Deusto.