Bolivia bajo los focos

Por Ferran Requejo, catedrático de Ciencia Política de la UPF (LA VANGUARDIA, 31/07/06):

Bolivia sintetiza buena parte de los retos del continente latinoamericano. Con nueve millones de habitantes en una extensión que casi equivale a Francia y España juntas, Bolivia es uno de los países más pobres y étnicamente complejos del mundo. Su renta per cápita es 2.590 dólares (PPA, 2005). A los temas de desarrollo (pobreza) y a los temas de redistribución (desigualdad) se añaden los de la acomodación de la población indígena en las instituciones democráticas - algo nunca realizado- y el tema de los recursos, así como el de una reforma en profundidad del Estado que incluya una descentralización autonómica, reclamada con insistencia especialmente por el rico departamento de Santa Cruz.

Todos estos temas forman parte de la agenda de la Asamblea Constituyente (AC) recientemente elegida. Compuesta por 255 miembros, su principal cometido es elaborar una nueva Constitución que encarrile los temas enunciados con perspectivas de futuro. El reto no es nada fácil, si bien, la población se muestra optimista: un 64% de la población cree que su situación será mejor en un plazo de dos o tres años.

Las elecciones a la AC han registrado una alta participación (entre un 70% y un 82% según departamentos) y han confirmado el triunfo del MAS (Movimiento al Socialismo) de Evo Morales. Si bien los resultados del MAS no han sido tan espectaculares como se vaticinaba - ha obtenido un 52,6% y 134 escaños, lejos de las 2/ 3 partes que requiere la aprobación del proyecto constitucional-, se ha convertido en la primera fuerza en más departamentos que en las elecciones presidenciales (diciembre 2005).

La oposición, encabezada por el conservador Podemos (25,1% de los votos; 64 escaños), ha retrocedido en la AC. De hecho, estas elecciones han supuesto la cancelación de los desprestigiados partidos preexistentes y una posición privilegiada para el MAS, único partido presente en todo el territorio. Por primera vez desde la independencia del país (1825) puede decirse que todos los bolivianos están representados en una Asamblea legislativa.

Un tema central del proyecto de reforma es el de la tierra. En un país en el que buena parte de la población sigue siendo campesina, la concentración de la propiedad resulta escandalosa. Unos pocos cientos de familias controlan la propiedad de la tierra. Las prácticas ilegales han sido frecuentes. El Gobierno prepara una ley que puede ser motivo de enfrentamientos con unas oligarquías locales acostumbradas a decidir sin demasiados límites ni escrúpulos legales. Un objetivo es evitar las milicias privadas. Otro es el del control de un ejército que ha mostrado en el pasado su vocación intervencionista. Y detrás de todo ello están los recursos del gas, un tema con repercusiones internacionales, tanto en relación con las compañías extranjeras (Petrobras y Repsol), como en relación con el tema irresuelto de la exportación a través del Pacífico (Bolivia perdió su salida al mar en la guerra del Pacífico con Chile, en el periodo 1879-1883). El país necesita, así, tanto un acuerdo externo con las multinacionales y Chile, como un acuerdo interno entre los grupos políticos, los indígenas y los departamentos que evite los riesgos del populismo y construya un Estado moderno. Con relación a la cuestión indígena, el MAS defiende un Estado multinacional. En una reciente encuesta el 62% de la población se adscribía a algún grupo indígena, si bien, dicha encuesta ha sido criticada al no incluir la categoría de mestizo, a la que otras encuestas adscriben buena parte de la población. Se reclama la autonomía indígena, pero nadie ha concretado con precisión hasta ahora qué es lo que ello significa, ni cómo se articula con el proyecto de autonomías departamentales.

Paralelamente a las elecciones a la AC, se celebró un referéndum sobre la regulación de dichas autonomías. Tal como establece la ley que lo regula, se trata de un referéndum vinculante a escala departamental. De los nueve departamentos del país, los cuatro orientales - Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija, la llamada media luna de las tierras chaco-amazónicas- se pronunciaron a favor del sí (Beni y Santa Cruz por más del 70%), mientras que los cinco departamentos occidentales andinos (La Paz, Cochabamba, Oruro, Chuquisaca y Potosí) se pronunciaron por el no. En el conjunto del país un 56% se pronunció en contra de la autonomía y un 46% a favor. Éste es un tema en el que es fácil constatar tanto la desinformación como los prejuicios mutuos entre diversos sectores, incluido un rechazo mayoritario de las poblaciones indígenas a la reforma. Sin embargo, comparada con la mayoría de los estados federales o regionales, la propuesta de autonomía política liderada por Santa Cruz es muy moderada (bastante por debajo de las autonomías españolas). El MAS ha adoptado una posición contraria a la propuesta de autonomía. Hasta el punto que algunos de sus dirigentes parecen querer reinterpretar el carácter vinculante a escala departamental del referéndum a través del resultado global negativo en el conjunto del país. Creo que ello sería un grave error para la estabilidad y la proyección del nuevo proyecto constitucional.

En fin, que temas no les faltan a los miembros de la AC. Bolivia está bajo los focos de la atención internacional. De conducirse con éxito el proceso de reformas, se convertiría en referencia para otros estados, más allá incluso de Latinoamérica. Desde aquí nuestra simpatía y solidaridad.