Cambio climático, Agua y Agricultura sostenible

La magnitud de los impactos humanos sobre los equilibrios terrestres se ha incrementado de manera notable en las últimas décadas, de manera que, según algunos autores, se ha dado paso a una nueva era geológica: el Antropoceno (Steffen et al., 2011). Uno de los mayores desequilibrios producidos por las actividades antrópicas se refleja en el cambio climático, producido por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), principalmente dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), que retienen la radiación procedente de la Tierra y producen el incremento de la temperatura de la atmósfera.

El sector agropecuario es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de GEI, y, a su vez, es el sector con mayor potencial de mitigación del cambio climático por, entre otras, su capacidad de absorción de CO2, el principal GEI. Este sector es, por tanto, estratégico a la hora de reducir la magnitud del cambio climático. La importancia estratégica del sector agropecuario se ve acentuada por el hecho de que las emisiones derivadas de las actividades que lo conforman han ido en ascenso en los últimos años, mientras que en otros sectores como el energético las emisiones se han paralizado (International Energy Agency, 2015).

Por otro lado, las modificaciones en los patrones climáticos (temperaturas, precipitaciones, fenómenos extremos...) asociadas al aumento de la temperatura media global suponen importantes desafíos para la producción agrícola. España es uno de los países más vulnerables al cambio climático dentro de la Unión Europea, principalmente por la dependencia de sectores estratégicos sobre la disponibilidad de agua y las previsiones sobre esta disponibilidad en los escenarios de cambio climático. Las previsiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señalan un descenso medio en las precipitaciones y un aumento en las temperaturas, lo que producirá una disminución de los recursos hídricos, el potencial energético hidráulico y la productividad agrícola, así como un aumento en la frecuencia de incendios (Giorgi & Lionello, 2008).

El cambio climático supone, por tanto, un gran desafío estructural a nivel global. Según algunas estimaciones, el Producto Interior Bruto (PIB) europeo podría reducirse en un 2% como consecuencia de los impactos de este fenómeno (Ciscar et al., 2011). Sin embargo, el cambio climático también puede ofrecer oportunidades, principalmente mediante la transición hacia sistemas socioeconómicos más justos y equitativos basados en los principios, de, por

ejemplo, la economía del bien común (Felber, 2012). Los impactos del cambio climático sobre la sociedad, y en especial sobre los agrosistemas, dependerán de la magnitud del aumento de la temperatura media de la Tierra, de la resiliencia y la capacidad de adaptación de los agricultores y sistemas agrarios, y de las limitaciones e incentivos definidos por las políticas agrarias.

Contenido

  1. Agua y cambio climático
  2. Sector agrícola español y cambio climático.
  3. Adaptación de los agrosistemas españoles al cambio climático.
  4. Mitigación del cambio climático en la agricultura.
  5. Medidas estructurales frente al cambio climático.
  6. Instituciones públicas, agricultura y cambio climático
  7. Barreras para la implementación de medidas de adaptación mitigación
  8. Conclusiones.
  9. Bibliografía.

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Ivanka Puigdueta Bartolomé y Alberto Sanz Cobeña, Alberto (CEIGRAM, Universidad Politécnica de Madrid); y Ana Iglesias Picazo (ETSIAAB, Universidad Politécnica de Madrid).

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