Canon digital: equilibrio entre artista y consumidor

Es evidente que no todas las partes implicadas están de acuerdo con las medidas establecidas con lo aprobado en la Modificación de la Ley de Propiedad Intelectual en 2006. Es evidente que no todas las partes han sido de igual forma afectadas por el establecimiento del canon digital.

El objetivo de la reforma que se hizo de dicha Ley de Propiedad Intelectual en 2006 buscaba el trasponer la directiva sobre la Sociedad de la Información a la legislación española, intentando dar plena satisfacción a lo ordenado por la directiva, a la adaptación de la era digital y al mundo de la cultura. Siempre sin menoscabo a la industria. Se acordó entonces que todos los agentes sociales y culturales -autores, intérpretes y productores- tuvieran derecho a recibir una remuneración equitativa por la puesta a disposición de sus obras en soportes digitales, incluido Internet.

Prevaleció entonces una tendencia a incidir demasiado en la defensa del artista, del creador y también de la industria, frente a intereses de los consumidores. Al igual que dijimos en su momento, la búsqueda de un equilibrio entre las partes es más que necesaria. En su día no se encontró el equilibrio necesario y la herida no ha terminado de cerrarse como debiera. En tal sentido, creemos que se debe reabrir el debate en torno al canon digital. Porque a veces esa defensa de los derechos de los creadores, de los artistas, en la práctica, no repercute directamente en ellos, sino que a va engordar las cuentas de las sociedades de gestión, que, siendo necesarias para la gestión de todos estos derechos, deberían estar más controladas, más limitadas. Debería procurarse por parte del Gobierno español un mayor control de transparencia en sus criterios de distribución de los ingresos percibidos. Lo que no podemos permitir es que todas las repercusiones económicas recaigan finalmente en el consumidor, que es la parte que más afectada va a salir de todo esto. Es necesario regular una serie de derechos que están desprotegidos como consecuencia de la revolución tecnológica, buscando siempre el mayor equilibrio y el menor perjuicio para cada una de las partes. Buscando un equilibrio justo entre la protección de los derechos de autor y los intereses de las empresas que se ven afectadas por la aplicación de cánones o compensaciones y, por supuesto, en el derecho de los consumidores.

La irrupción de las nuevas tecnologías en el mercado audiovisual ha llevado a un cambio en la distribución de las obras que, a día de hoy y previsiblemente todavía por algunos años, seguirá evolucionando. Esa oportunidad de mejor distribución de la cultura al consumidor, de acercamiento de cultura a tu ordenador, a tu dispositivo móvil, a tu televisor o a un lector digital de libros, por poner ejemplos de nuevos soportes de almacenamiento de contenidos, se debería haber visto desde siempre como una oportunidad y no como un riesgo, debido a circunstancias por todos conocidas como la piratería. Eliminemos razones para la piratería y afrontemos la nueva etapa multimedia con coraje e imaginación. La revista 'Emprendedores' cita el ejemplo del grupo musical 'Radiohead' como modo de hacer frente a las nuevas tecnologías. El grupo inglés puso a la venta a través de su página web, sin contar con su discográfica, su último disco, 'In Rainbows'. ¿A qué precio? El que decidiera el consumidor. Un total de 1.200.000 personas se descargaron el álbum en el plazo de un mes, pagando una media de seis euros por consumidor. Entre ventas a través de la web y discos normales, llevan conseguidos 10 millones de euros por el disco. Éste es el camino de gente emprendedora, grupos que evolucionan y no tienen miedo a los cambios. Se adaptan y, como en el caso de 'Radiohead', obtienen el premio a su innovación. El consumidor, a su vez, consigue un acceso más atractivo a su grupo preferido.

EAJ-PNV reclama al Gobierno español que plantee un debate diferente. Un debate en defensa de los autores, de los consumidores y de la economía que los rodea, sin poner medidas que perjudiquen a unos para beneficiar a otros. Los consumidores necesitan artistas y los artistas, consumidores. En beneficio de ese binomio debemos legislar.

Leire Corrales Goti


Le responde Igancio Casado: Matices forzosos sobre el canon digital (EL CORREO DIGITAL, 11/05/08):