Capitalizar el dividendo demográfico de África

África tiene la población más joven y que más rápido crece del mundo. Cada año durante las próximas tres décadas ingresarán a la fuerza laboral hasta 20 millones de jóvenes; esto da al continente una oportunidad de modificar el equilibrio del crecimiento local y global con el objetivo de generar empleo. Pero nada garantiza que lo consiga.

Para que los países africanos capitalicen este dividendo demográfico, la futura fuerza laboral necesita educación, entrenamiento y oportunidades de empleo adecuadas. Pero hacer todo lo necesario no será fácil.

Corren tiempos inciertos para la economía global. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China ponen en riesgo la integridad de las cadenas de valor globales, y la inminente salida del Reino Unido de la Unión Europea puede causar todavía más disrupción. El informe de octubre sobre perspectivas económicas mundiales del Fondo Monetario Internacional advierte que la desaceleración de los motores económicos históricos puede reducir a 3,7% el crecimiento global este año y el entrante (una caída de 0,2 puntos porcentuales respecto de las estimaciones anteriores).

Pero cuando esta desaceleración se traslade a las cotizaciones bursátiles en todo el mundo, aparecerán nuevos motores de crecimiento, y África bien puede ser uno de ellos.

Según el Banco Mundial, seis de las diez economías del mundo que crecen más rápido están en África. El comercio intraafricano puede ser una puerta hacia el futuro crecimiento local y global mediante la creación de nuevas oportunidades transfronterizas por parte de la floreciente población del continente. La fuerza laboral africana está a punto de experimentar una expansión dramática. Hoy hay un 60% de africanos con menos de 25 años de edad, y 41% con menos de 15. Se prevé que en 2050 la población joven africana llegue a los 840 millones.

Pero esta inmensa fuente de talento potencial es un arma de doble filo. Pese al firme crecimiento del PIB de los últimos diez años, para la mayoría de los jóvenes africanos no hubo oportunidades económicas. Además, el informe conjunto Africa’s Development Dynamics 2018 de la Unión Africana y la OCDE destaca que si la tendencia de subempleo se mantiene, los principales perjudicados serán los jóvenes. La falta de empleo puede marginar a toda una generación y empujarla a una senda de disrupción para la que tal vez no estemos preparados. Para lograr un crecimiento duradero basado en el empleo, es esencial que los países africanos provean oportunidades de calidad en el sector agrícola. Si no lo hacen, y persiste la escasez de empleos de calidad, África no hará realidad el crecimiento económico del que es capaz.

Dicho de otro modo, los gobiernos africanos tienen que emparejar antes de que sea tarde el crecimiento de la fuerza laboral con la capacitación. Pero por desgracia, hasta ahora pocos países están dando una respuesta eficaz.

Según el Banco Africano de Desarrollo, la tasa de desempleo juvenil en África ya es el doble de la de los adultos. De hecho, a los jóvenes se los abandona incluso antes de que empiecen a buscar trabajo. Por ejemplo, muchas escuelas primarias sufren una paralizante escasez de maestros, y la discriminación sexual impide a millones de muchachas asistir a la escuela secundaria. Superar estas falencias demandará importantes inversiones de capital político y financiero.

Algunos dirigentes están dando pasos en esa dirección. En el Foro de París por la Paz, celebrado este mes, dirigentes de África y de todo el mundo se reunieron para discutir la poderosa idea de que la cooperación internacional es la clave para encarar los desafíos globales y asegurar una paz duradera.

En las reuniones paralelas del Foro se puso el acento en la juventud africana. El Centro de Cooperación para la Juventud UA-UE, uno de 119 proyectos elegidos para participar en el Foro, asistió a la reunión para discutir la agenda conjunta de la UA y la UE para la juventud. Esta iniciativa, que busca involucrar a los jóvenes de África y Europa en las decisiones que los afectan, ahora y en el futuro, apunta a ser un escaparate de estrategias que unan a África y Europa en la respuesta a desafíos como el aprovechamiento del dividendo demográfico.

Una forma de capitalizar el auge demográfico de África es ofrecer más iniciativas de capacitación que emparejen las necesidades de los empleadores con el talento de los africanos. Como exparticipante del Programa de Becas de Liderazgo Mo Ibrahim, puedo dar fe del poder transformador de los programas educativos de primer nivel y de su valor para incubar habilidades con aplicación laboral.

El éxito de África depende de su capacidad para aprovechar su dividendo demográfico preparando a sus jóvenes con habilidades tecnológicas e innovadoras que sean catalizadoras de crecimiento económico. Esto incluye programas de capacitación y centrados en el sector agrícola, para absorber habilidades a lo largo de las cadenas de valor que conectan el sector de las materias primas con las industrias y los mercados de toda África.

En 2030, una de cada cinco personas del planeta será africana. Sólo por su tamaño, la fuerza laboral africana tiene potencial para impulsar el crecimiento global por décadas. Pero para ello, los africanos debemos implementar ya las reformas necesarias. A la par de la maduración de nuestro dividendo demográfico, es necesario que gobiernos, instituciones y organizaciones ayuden a preparar a los jóvenes para el éxito. Si los países africanos logran hacer frente a este desafío, la recompensa será un crecimiento económico duradero, en África y en todo el mundo.

Carl Manlan is an economist and Chief Operating Officer of the Ecobank Foundation. He is a 2016 Aspen New Voices Fellow. Traducción: Esteban Flamini.

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