Carta a una joven 'millennial'

Hoy es el día de la mujer trabajadora y me he animado a escribirte ahora, que empiezas tu camino, y puedes aprovechar la sabiduría que derrama la experiencia. ¡Estás de enhorabuena! Nunca en la historia la mujer ha tenido este camino tan difícil... y tan fácil. No olvides que estás recogiendo el testigo de muchas mujeres que hemos luchado para que hoy tengas el privilegio de elegir. ¡No nos defraudes!

Te imagino llena de sueños y de incertidumbres. Desde pequeña te hemos ayudado a pensar y a anticipar las consecuencias de las acciones que estabas tomando. Te has entrenado bien. Ahora, aspiras a llegar lejos como profesional. Te imaginas triunfando, salvando vidas, dirigiendo y decidiendo grandes cosas. Aportando tu huella al mundo, viviendo una vida feliz. Sueñas también con una vida que te deje crecer de forma integral: como profesional y como persona, que te permita cultivar tus aficiones, mimar a los tuyos y contribuir a tantas causas que merecen la pena. Pero, en un día como hoy, te preguntas si podrás.

Carta a una joven 'millennial'Confía en que sí: ¡lo conseguirás! La vida está llena de alegrías, pero no te engaño, también de problemas: pendientes fuertes, bosques espesos y muros casi infranqueables. La vida está llena de decisiones que se toman en esa incertidumbre. No pienses que se trata sólo de una encrucijada femenina; es una encrucijada humana. Y en ese cruce de caminos lo importante es que tú seas capaz de marcar tu rumbo. Procura vencer el "norte magnético", ese dulce norte que te atrae con la multitud hacia alguna parte. Los vientos del "me apetece", "lo hacen los demás" o "está de moda" podrían llevarte a embarrancar. No les dejes. Procura dirigir y enderezar la dirección, hacia tu verdadero norte.

Descubre la misión única e irrepetible que tienes; aprende a organizar bien tu agenda según tus prioridades y, por último, mantén la mente y el cuerpo alineados. Sólo así podrás tomar decisiones correctas, acertadas y sostenibles en el tiempo.

Recuerda que tu misión es ser feliz. Sólo falta que descubras cómo. Mientras escribo esto, me sonrío imaginando tus muecas de millennial: "¿Sólo? ¡Qué fácil decirlo y, claro, qué fácil descubrirlo a tus años!", me interpelas. Tienes toda la razón. "¿Cómo puedo descubrirme si todavía no soy; si en realidad todavía me estoy haciendo?", me preguntas.

Efectivamente, hoy estás tentando el destino, con más dudas que certezas. No puedo caminar tus pasos, tú eres la que tienes que probar, valorar y calificar la bravura de la res, pero puedo señalarte algunas guías que espero te ayuden. Si pudiera darte un solo consejo, te diría que me parece muy importante que inviertas en autoconocimiento. Ésta es la pieza clave que te ayudará a identificar tu misión personal y tu rumbo. Después tendrás que priorizar los roles que vas a llevar a cabo en las distintas áreas de la vida, en cada una de sus etapas. Este ejercicio, conocimiento y priorización, te ayudará a decidir y, sobre todo, te ayudará a saber cuándo debes decir que no.

Recuerda que el autoconocimiento brota de dos fuentes: la reflexión sobre ti misma (tus motivaciones y tus competencias) y la opinión de los demás.

Un análisis delicado de los motivos, conscientes e inconscientes, que te llevan a tomar decisiones en diferentes áreas -en el trabajo, en la familia o en la sociedad- te ayudarán a descubrir qué decisiones te acercan a tu norte, te hacen feliz; y cuáles no tanto, sobre todo, a largo plazo. Pregúntate qué es lo que te ha permitido sentirte orgullosa de ti misma y disfrutar de una satisfacción honda que te dura semanas; qué es lo que te cuesta poco y con lo que disfrutas mucho; dónde eres singularmente especial...

La segunda fuente de información son los demás. Si cultivas la capacidad de dejar que los demás te ayuden a conocerte cómo eres y escuchas la opinión de los que te quieren bien, serás capaz de ver la vida con las gafas más limpias.

Antes de decidir, alinea siempre cabeza y corazón. Ésa es la clave, y significa dos cosas: ponerlos en sintonía, que ambos hablen el mismo lenguaje, y en sincronía, que lo hablen y sientan al mismo tiempo. El mismo corazón con el que queremos a los demás es el corazón con el que nos queremos a nosotros mismos.

La autoestima crece cuando crece nuestra fortaleza interna, nuestra virtud y autocontrol. Según mi experiencia, si orientas tus decisiones hacia los demás, si las cimientas en el servicio a los otros, conseguirás una autoestima robusta, imbatible. Piénsalo.

"¿Y si me equivoco?", me preguntas. Rectifica. ¿Quién dijo que hay que acertar a la primera? Una vez tengas claro tu rumbo: no seas pusilánime. En ese camino, estar bien formada es una garantía. Prepárate bien. No. Prepárate muy bien. La mejor formación es indispensable. No te conformes con menos. Lleva tus talentos y competencias al límite de tus posibilidades. Atrévete a ser tu mejor versión.

¡Cuánto me gustaría saber qué porcentaje de no puedos o de no llegos femeninos podrían haber llegado a la cima! ¡He sido testigo de tantos timoratos no puedos, de tantos conservadores no llegos, que se han convertido en realidades brillantes! ¿Cuántos se habrán quedado en el camino? ¿Por qué nos cuesta tanto a las mujeres confiar en nosotras mismas?

Procura no construir tus propias barreras. Las mujeres somos adictas a los techos de cemento, a los límites autoimpuestos. Confía en ti misma. Derriba los obstáculos internos que tienen que ver con falta de confianza o miedo al fracaso.

Quizás ahora pienses que formar una familia es un tema lejano. Puede ser. Cuando llegue el momento, elige al compañero con cabeza y corazón, y ¡a por ello! Tu felicidad y tu trayectoria dependen en gran parte de esa elección. Asegúrate de que él apoya tu proyecto vital y que con él crecerás en todas tus facetas. No te precipites en esta decisión. Recuerda que también hay mujeres que han sido grandes, sin un hombre a su lado.

Cuando decidas en lo profesional, sé prudente. Que no te engañen con bagatelas. Conviene elegir proyectos profesionales que no te impidan crecer en todos los demás ámbitos de tu vida. Si te obligan a centrarte sólo en uno, a largo plazo, no te compensará. En cualquier caso, ponte en valor y hazte valer. Ten paciencia, la vida profesional combina temporadas intensas y otras en barbecho. ¡Cuántas veces un paso atrás me ha dado un gran impulso! Piensa que la felicidad está en el camino, lleno de pequeñas cosas, no te enfoques sólo en una. Busca el equilibrio que te aporta una vida familiar sana y un trabajo a la altura de tus posibilidades. No desprecies el tiempo que dedicas a los amigos y tampoco dejes de invertir en tus contactos y redes profesionales.

Jenofonte, en su tratado sobre la caza, la pesca y la equitación decía que un buen jinete era aquel que sabía galopar en las bajadas (nada fácil para los que montamos a caballo...). Bien, pues cuando esto suceda, galopa fuerte y, con mano firme en las riendas, atraviesa los bosques y salta los muros de problemas, porque al final de los mismos encontrarás paz, tranquilidad y serenidad. Si durante toda tu vida, sobre todo, en los momentos más difíciles, te mantienes firme en la proa de este barco, llegarás a buen puerto, logrando superar toda adversidad.

Un día como hoy se hablará mucho de la mujer trabajadora: algunas insistirán en culpar a los hombres de nuestros problemas; otras pedirán cuotas de poder y algunas intentaremos medir avances, analizar causas y consecuencias. Todos los años es lo mismo. Pero hoy, yo te escribo a ti. Porque sinceramente creo que, por primera vez en la historia, tu futuro está en tus manos.

Nuria Chinchilla es profesora del Iese y titular de la Cátedra Rafael Pich y Carmina Roca Mujer y Liderazgo.

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