Catar frente al islamismo

EL mundo entero se encuentra horrorizado por la sangrienta batalla que se está librando en Irak. El asesinato de civiles inocentes y la huida forzada de cientos de miles de víctimas amenaza la propia existencia de Irak, así como la paz y la seguridad de toda la región.

Las razones por las que el Estado Islámico está cosechando tanto éxito están claras. Las divisiones sectarias y la violencia han avanzado sin control en Siria e Irak, creando un clima en el que reinan y se afincan la desesperación y el extremismo. Un gran número de militantes extranjeros han pasado a engrosar las filas de los terroristas autóctonos.

Las fuerzas del Estado Islámico se han ido haciendo con armamento pesado —a menudo de opositores desmoralizados— lo que les ha permitido ampliar su capacidad y hacerse cargo de grandes extensiones de territorio.

Necesitamos tomar medidas firmes y colectivas para poner fin a la violencia sectaria en Irak y Siria, liberar a los pueblos que viven bajo una constante amenaza de violencia y cortar el flujo de fondos que sirven para apoyar a los grupos extremistas de toda la región. Y es en este punto, a la vista de algún que otro comentario ciertamente inexacto, donde quiero dejar muy claro cuál es la postura de Catar.

Catar no apoya a los grupos extremistas. Nos repelen sus puntos de vista, sus métodos violentos y sus ambiciones.

Creemos que las personas deben ser capaces de vivir en sociedades pacíficas que promuevan el progreso, la modernización, la tolerancia y el desarrollo. Hemos dejado claro que las atrocidades –como el brutal asesinato de James Foley y el asesinato de más de 70 inocentes en una mezquita suní en Diyala– son crímenes atroces rotundamente contrarios a todos los principios islámicos y humanitarios, así como a las leyes y tratados internacionales.

Lejos de apoyar al Estado Islámico, instamos al Gobierno Irakuí a que garantice la seguridad de sus ciudadanos. También seguimos facilitando ayuda humanitaria a gran escala al pueblo Irakuí.

Nuestra determinación por colaborar en la búsqueda de soluciones a largo plazo hace también que nuestros esfuerzos se centren en otros puntos de una región que los necesita desesperadamente. En Palestina, asimismo, nos esforzamos por promover la paz y la estabilidad, así como por prestar la asistencia que con tanta urgencia necesitan aquellos cuyas vidas han sido destrozadas por la violencia.

Creemos —en la misma línea que Estados Unidos y la Unión Europea— que la paz duradera solo será viable si se adopta una solución que contemple la creación de dos estados. Es por ello que apoyamos plenamente las iniciativas del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, de establecer un acuerdo de paz que garantice la seguridad de ambas partes y que permita al pueblo palestino desarrollarse como sociedad.

Este punto lleva mucho tiempo siendo una cuestión prioritaria en nuestra política exterior. Nos enorgullece ser uno de los principales apoyos económicos del pueblo palestino y poder así ayudarle a construir su estado y a desarrollar su economía. En las últimas semanas, Catar –como tantos otros países del mundo– ha proporcionado ayuda humanitaria a la población de Gaza.

Como defensores de la unidad palestina hemos trabajado duro para impulsar el acuerdo entre Fatah en Cisjordania y Hamás en Gaza, y hemos alentado a estos dos movimientos a que trabajen por lograr un acuerdo pacífico y duradero con Israel. Nuestra intención al apoyar al pueblo palestino es promover la paz y no el conflicto –algo que constituye la esencia de nuestra política exterior y mediante lo cual fomentamos el diálogo siempre que podemos–.

Sé que hay quienes malinterpretan nuestra política exterior o, dicho de otra manera, quienes sólo ven una versión del conflicto. Sospecho que es precisamente esta indignación la que les ha llevado a formular acusaciones descabelladas y falsas en un intento de dar más relevancia a sus propias agendas y dañar nuestra política exterior. Catar no apoya al Estado Islámico, y cualquier referencia en contrario nubla nuestros esfuerzos para fomentar la paz, la seguridad y la estabilidad en una región que está sujeta a un ciclo incesante de conflictos y tragedias. Es justamente este ciclo el que Catar desea ver finalizado.

Una solución justa, permanente y pacífica para el futuro de Palestina es fundamental para garantizar la paz y la estabilidad en la región. No vamos a dejar de jugar nuestro papel e intentar avalar un futuro estable, seguro y próspero para Palestina, Oriente Medio y el mundo en general.

Khalid Bin Mohammed Al-Attiyah, ministro de Relaciones Exteriores de Catar.

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