Con Urtasun, de visita por el Prado
Me he propuesto hacer un experimento que, por insulso, no requerirá inversión tecnológica, lo que también es una justificación a la pereza sistémica que me asalta cuando escucho hablar de Inteligencia Artificial, cuando nos basta la imaginación y cierta locuacidad para hacer posible lo imposible.
Esta tentativa no me desagrada; llevar a Ernesto Urtasun de visita a una de las pinacotecas más importantes del mundo se me antoja divertido. No sé, su aspecto de profesor del instituto despierta mi intriga hacia sus conocimientos y su sensibilidad artística, condiciones básicas, digo yo, para el cargo, porque de igual manera que no cabe un ministro de Asuntos Exteriores que no chapurree el inglés o el francés, ni una cartera de economía en manos de un ignorante en la cuenta de la vieja, cuesta creer que Urtasun haya aceptado el prurito de su flamante cargo si sus pudores ideológicos le castran la libertad para enfrentarle al contenido de nuestros museos, albergue de buena parte de la historia patria.… Seguir leyendo »