Monarquía (Continuación)

La (presuntamente) reprobable conducta del rey emérito, tras décadas de ejercicio elogiable y elogiado, ha abierto el debate sobre la conveniencia de sustituir la monarquía por la república como forma de la jefatura del Estado en España. Es un debate lícito y constitucionalmente permitido pues nuestra Constitución no está blindada, y en ella —a diferencia de otras muchas— todo puede ser reformado. Pero el debate está en exceso cargado emocionalmente por lo que no sobra elevar la mirada para percibir nuestra Monarquía como una más de un amplio conjunto, lo que permite dar razones que, creo, avalan dejar las cosas como están.…  Seguir leyendo »

El día 18 de junio de 2014 se produjo la abdicación de S.M. Don Juan Carlos I poniendo fin a un largo reinado de 36 años como Rey constitucional. Los españoles le despedimos expresando nuestro reconocimiento por su decisiva aportación a la consolidación de la democracia en España y recordando los momentos capitales de su largo reinado: la convocatoria de elecciones generales en 1977, la ley de amnistía, la aceptación del carácter constituyente de aquellas Cortes (que no lo eran en su convocatoria), la aprobación de la Constitución, la superación del golpe de Estado de 1981, el ingreso en la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea) o el desarrollo del Estado de Bienestar.…  Seguir leyendo »

Las noticias aparecidas sobre el patrimonio oculto del rey emérito, Juan Carlos I, han propiciado que algunos partidos políticos y sectores de opinión consideren llegado el momento de sustituir la monarquía parlamentaria establecida en la Constitución de 1978 por una república. Arrancando desde este perentorio punto de partida, parecería que todos y cada uno de los ciudadanos —y más quienes, por el motivo que sea, toman la palabra en público— están obligados a definirse como republicanos o monárquicos, al menos en la forma atenuada que ha representado hasta ahora el juancarlismo. En realidad, lo que falla es la premisa: las irregularidades presuntamente cometidas por el rey emérito no obligan a pronunciarse sobre la monarquía o la república, sino a admitir o rechazar la Constitución como instrumento para resolver este gravísimo problema.…  Seguir leyendo »

Desde la llegada de la democracia y la aprobación de la Constitución en 1978, España está en el club de las monarquías parlamentarias como forma política de Estado. Un conjunto de países que tienen sus rentas per capita entre las más altas del mundo, sus sociedades entre las más desarrolladas y sus libertades entre las más reconocidas. La lista es ciertamente corta pero muy significativa: Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Noruega, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Japón, Australia, Canadá o Nueva Zelanda.

Es que no corren buenos tiempos para la Casa del Rey española. Pero creo que concita un mayoritario consenso público la opinión de que la renovada monarquía de los Borbones ha sido uno de los instrumentos estabilizadores para que nuestra nación pudiera experimentar un notable crecimiento econónomico, una gran transformación social, un sostenido auge cultural, un profundo cambio en la salvaguarda de los derechos civiles y un progresivo prestigio internacional.…  Seguir leyendo »

El rey Juan Carlos I de España, a la derecha, conversa con el rey Abdullah de Arabia Saudí en 2008. Credit Pierre-Philippe Marcou/Agence France-Presse — Getty Images

Uno de los primeros encargos que recibí como reportero, en 1996, fue entrevistar a una supuesta amante del rey de España, Juan Carlos de Borbón y Borbón. Mis editores en El Mundo investigaban si la actriz de cine y televisión Barbara Rey estaba exigiendo al Estado dinero a cambio de no revelar su relación con el rey. No conseguí la entrevista, la amiga del monarca guardó silencio tras denunciar presiones y las dos grandes debilidades de nuestro rey —mujeres y dinero— continuaron siendo el secreto peor guardado del país otras dos décadas.

Admitámoslo: los españoles siempre supimos que el rey iba desnudo, pero decidimos mirar a otro lado.…  Seguir leyendo »

Los hechos revelados recientemente sobre el rey emérito merecen rechazo y condena por parte de la ciudadanía, aun con las cautelas derivadas del limitado conocimiento que hoy tenemos de los mismos y a reserva de lo que pueda conocerse. Ello con independencia de que en el plano jurídico no se evidencie que haya realmente una conducta delictiva o de que, de existir, concurriera alguna causa que impida perseguirla. En su dimensión política tales revelaciones empañan el nombre del rey emérito respecto a la conducta que se le atribuye. Pero en todo lo demás —en el balance de su decisiva contribución a la democracia, a la reconciliación de las dos Españas, a la expulsión de los demonios ancestrales presentes en la historia de nuestro país y a tantos logros nunca conseguidos en nuestra historia— los hechos son los que son y no podrán negarse nunca.…  Seguir leyendo »

Bajo el título «Qué error, qué inmenso error», publicaba una Tercera de ABC, a comienzos de julio de 1976, Ricardo de la Cierva, criticando duramente la designación de Adolfo Suárez como presidente del gobierno por parte del Rey Don Juan Carlos I. El tiempo demostró el inmenso acierto del Rey -tal y como afirmé ante ambos, en mi laudatio cuando la UPM nombró a Suárez doctor honoris causa- que, al tiempo, con ese nombramiento se jugaba la Corona.

A partir de ese momento se producen una serie de hechos que serán definidos después como la «Transición española» donde el protagonismo del Rey, auxiliado por Suárez, es indiscutible.…  Seguir leyendo »

Es evidente que no soplan vientos favorables para la institución monárquica en España y también es difícilmente negable que la última etapa del reinado de don Juan Carlos I no ha contribuido a prestigiar tan alta magistratura. Sin embargo, más allá de los avatares actuales, sin duda importantes, me interesa más el tema de fondo, esto es, aportar al lector algunos datos objetivos sobre una realidad, la Jefatura del Estado, de la que más allá de filias y fobias, se sabe realmente poco de su trabajo, funciones y utilidad. Y tal como refleja el título de este artículo, considero que dicha institución es profundamente beneficiosa para la realidad política e institucional española, como intentaré demostrar.…  Seguir leyendo »

Mientras España discute sobre si el rey emérito ha hecho bien o mal saliendo del país, y mientras una parte lo declara un gran servicio al Estado y la otra lo denuncia como una huida vergonzosa, vale la pena plantear un par de cuestiones de fondo apartadas de la política hecha al minuto. La primera cuestión es: ¿tiene sentido hoy el debate monarquía/república? Da la impresión de que en la España contemporánea este es un fantasma completamente inútil para pensar históricamente y de un modo adecuado la situación actual, demuestra una asombrosa propensión a confundir la idea de república con una carta a los Reyes Magos, y deja al descubierto una mala idea de la política al usarla con oportunismo partidista.…  Seguir leyendo »

Todavía bajo la impresión del traslado del Rey Don Juan Carlos, si bien lo ha hecho cuando hace más de seis años que no es el titular de la Corona y, por tanto, tampoco Jefe del Estado, con toda la tensión generada y la que está por venir, acaso convenga más que nunca subrayar la decisiva distinción entre la Corona y su titular; esto es, entre la Institución Real y la persona que la desempeña en un periodo concreto de la Historia. Una de sus flaquezas y gran tentación es la facilidad con que sucede esa confusión por deseo o ignorancia y, en particular, por su enorme carga simbólica y popularidad.…  Seguir leyendo »

No importa el periódico que se lea o el noticiario que se padezca: el rey Juan Carlos es omnipresente y eterno. Su ubicuidad informativa arrecia desde hace semanas pero, con su salida de España, la tempestad de críticas no ha hecho más que multiplicarse, sobre todo en los sectores populista e independentista. Y es que la denuncia de no se sabe bien qué huida parece haberse convertido en una obsesión patológica tanto en Podemos como en ese cambiante maremágnum de siglas del separatismo catalán.

El coro histriónico se ha terminado transmutando en mantra hiperventilado y, como era de prever, no ha tardado en llegar el disparate.…  Seguir leyendo »

Por atún y a ver al duque

La ofensiva desatada sobre la Monarquía por sectores que se arrogan con pasmosa facilidad la representación total de la sociedad española sugiere que más que establecer, aclarar y enjuiciar, en su caso, comportamientos irregulares del rey emérito se dirige a aprovechar las contradicciones internas del sistema para derrumbar lo que no se consigue en las urnas por métodos rancios y conocidos de la agitación política. Se trata de imponer una agenda, que conduzca a debates donde esconder las vergüenzas propias y marcar un territorio propicio a las simplificaciones y la manipulación emocional.

Otra cuestión bien diferente y pertinente, la tramitación política de la decisión de dejar el territorio nacional por el rey emérito, se debe sustanciar de alguna manera en las Cortes, como señalaba en estas páginas el profesor Cruz Villalón.…  Seguir leyendo »

De la monarchie – essai

Le départ en exil du roi Juan Carlos a amené certains, le parti Unidas Podemos par exemple, à réclamer non seulement la poursuite du cours de la justice à l’encontre du citoyen Juan-Carlos de Borbón y Borbón mais l’abolition de la monarchie même. Il est toujours malaisé de distinguer les critiques envers la personne de l’ex-souverain de celles envers l’institution du fait même que la personne n’est le souverain qu’en vertu de l’institution. En revanche, il est plus aisé de passer en revue les arguments avancés par les détracteurs de l’institution, et qu’on peut regrouper en trois catégories :

– le caractère héréditaire, supposé contraire aux principes démocratiques,

– le souverain est à l’abri d’une sanction électorale, de sorte qu’il ouvre la porte à de possibles abus de pouvoir,

– le coût réputé élevé de l’institution monarchique.…  Seguir leyendo »

«Delenda est Monarchia!» fue la sentencia con la que Ortega y Gasset terminó su famoso artículo de noviembre de 1930, considerado como la puntilla al reinado de Alfonso XIII que algunos están recordando de manera intencionada estos días. Sin embargo, olvidan que la frase tenía un comienzo que decía: «¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!». Aquí radica el nudo gordiano del asunto que hoy nos ocupa. Mientras en 1930 se asistía al final de un proceso de descomposición del Estado, cuyo último capítulo había sido el amparo real al pronunciamiento de Primo de Rivera de 1923 –para Raymond Carr, «la fecha decisiva en la historia de la España moderna, la gran divisoria»–, la Monarquía parlamentaria y constitucional que encarnó Juan Carlos I a partir de 1975, ha legado a España un Estado fuerte y eficaz, como nunca antes ha tenido en su historia.…  Seguir leyendo »

La Tercera de ABC «¡Viva el Rey!» de Bieito Rubido es un texto para ser releído. Su mensaje va más allá de lo que expresan sus palabras. En su conjunto el ABC de ese día es para guardarlo y releerlo con el paso del tiempo. Los años nos revelarán más claves.

La decisión del Rey padre -sigo negándome a la cursilería de llamarle Rey emérito- es obvio que no fue grata ni acaso comprensible para una mayoría de españoles. En primer lugar para la Familia Real y la familia del Rey -que no son lo mismo aunque parte de nuestro parvulario político no lo sepa y acaso no tenga interés en saberlo- el trago ha tenido que ser muy duro y en dosis destacada para el Rey Felipe VI, felizmente reinante -como se decía en referencia a sus antepasados-, que recibió las responsabilidades de la Corona por abdicación de Juan Carlos I.…  Seguir leyendo »

En una ocasión a un dirigente comunista español le preguntaron en los años 90 en Argentina qué podían hacer para estructurar bien y con futuro su país y éste les contestó “tengan ustedes un rey”. Posiblemente la anécdota sea cierta y aunque no lo fuera la contestación encerraba la fuerza, el significado, la importancia y lo beneficioso que ha sido y es para España el haber tenido un rey y concretamente el rey Juan Carlos I. Como se ha dicho muchas veces, los españoles más que monárquicos hemos sido juancarlistas.

El rey Juan Carlos ha sido clave en la Transición, una obra de arte política y social que se consiguió realizar de manera pacífica, sin un solo muerto, rápida y eficaz, pasando de una dictadura a una de las democracias más modernas y avanzadas del mundo con el consenso de todas las fuerzas políticas y sociales y con el aplauso y la aprobación de casi todos los españoles.…  Seguir leyendo »

El gambito del Rey Felipe

En su Libro de la invención liberal y arte del juego del ajedrez, publicado en Alcalá de Henares, en 1561, el sacerdote extremeño Ruy López de Segura inventó la palabra 'gambito' para definir la entrega de un peón, con el paradójico propósito de dominar la partida.

Acababa de volver de Roma, donde había escuchado la expresión “dare il gambetto”, equivalente a tender una trampa. Procedía de “gambettare” o sea, de poner la pierna –“gamba”- en forma de zancadilla.

Años después, López de Segura sorprendió a todos, en el primer torneo internacional de maestros de la historia, convocado por Felipe II en El Escorial, al iniciar una partida, sacrificando el peón colocado inmediatamente delante del rey.…  Seguir leyendo »

Dar jaque mate al rey con un peón

En abril de 2016, aconteció una reveladora anécdota. Tuvo como marco el encuentro televisivo entre dos protagonistas que, al cabo de cuatro años, serían claves en la nueva realidad política abierta en España al fraguarse el pacto de noviembre de 2019 que alumbró el actual Gobierno de cohabitación socialcomunista. Los protagonistas fueron el hoy vicepresidente Iglesias, entonces y ahora secretario general de Podemos, y el actual valido del presidente Sánchez, Iván Redondo, un audaz consultor que se movía en la órbita del PP. Fue una hora larga en el programa La Tuerka que Iglesias dirigía con la financiación ilegal de la dictadura teocrática de los ayatolás iraníes y al que invitó a un Redondo sobre el que se deshizo en elogios lamentando que siempre hubiera servido a formaciones adversarias.…  Seguir leyendo »

Eran las doce de la mañana del 1 de julio de 1976 cuando recibí su llamada. “¡Ya lo he hecho!”. Con voz nerviosa, el Rey me anunciaba que había aceptado la dimisión de Arias Navarro. Estaba emocionado por haber tenido el coraje de hacerlo. Tras siete meses de ingrata convivencia con el presidente del Gobierno heredado de Franco, había conseguido romper con él. Arias no contaba con que le aceptara la renuncia. Veía a don Juan Carlos como una figura manipulable, a la orden de los herederos del régimen. Se equivocó. El joven Rey tenía otros planes para España. Pero se quedaba solo ante el peligro.…  Seguir leyendo »

La expulsión de individuos que ponen en riesgo el pacífico funcionamiento de la comunidad es tan antigua como la vida del ser humano en sociedad. En todos los tiempos el exilio ha sido considerado un castigo especialmente grave, solo superado por la muerte en el catálogo de las penas.

Caín fue el primer desterrado como criminal y huyó al oriente del Edén. En cada cultura posterior variaron los modos de aplicarse el castigo y las circunstancias de su cumplimiento. Los romanos regularon el exilio y el confinamiento para evitar la arbitrariedad de la condena. No se consiguió. Ovidio, el poeta, fue desterrado al Ponto, en los limites del imperio.…  Seguir leyendo »