Cómo pudimos llegar a eso La Manada
Las sociedades humanas llevan milenios aprobando leyes y celebrando juicios. El tiempo, el pesimismo y la madurez han ido destilando algunos principios: que la norma que te castiga sea pública y previa al delito; que el poder no pueda elegir un juez ad hoc para tu caso; que las reglas de procedimiento -entre ellas, saber de qué se te acusa para que puedas defenderte-, sean generales; que puedas contradecir a tu acusador con sus mismas armas; que el juicio y la sentencia sean públicos. Cuando no estamos ebrios de indignación moral nos gusta sentirnos superiores y presumir de principios como estos, deplorando a esas turbas salvajes propias de otras épocas o de otros lugares.… Seguir leyendo »