
Política de Estado para el español
Demasiado mirar hacia adentro –ombliguismo– en vez de interesarnos por lo que pasa más allá de nuestro patio de vecinos, y marcada preferencia por revolver el pasado –para también reescribirlo–, en vez de atisbar los escenarios de futuro. En eso están nuestros políticos, y a esa doble dinámica empobrecedora atraen casi todo lo que tocan; ahora es el turno de las lenguas de España. Se rema así en dirección contraria a la que ha presidido los momentos más fecundos de la democracia española.
En medio de la penosa confrontación (polarización) política que ha tomado como excusa –mejor sería decir rehén– la convivencia lingüística, lo que de verdad se echa de menos es la falta de una política de Estado para la promoción internacional del español, y justo cuando el horizonte que dibujan las proyecciones demográficas para las próximas décadas no es en absoluto halagüeño.… Seguir leyendo »